El Brabham BT62 supone el regreso de una firma histórica de la Fórmula 1. Por el momento, su destino está igualmente en los circuitos, aunque en categorías de GT y Resistencia, no así en la máxima competición de monoplazas, como hiciera tiempo atrás. Sus credenciales son un motor V8 de 5,4 litros y 700 CV para un peso de 972 kg. Casi nada.
Brabham BT62, el regreso de una leyenda de la Fórmula 1 (fotos)
Su figura resulta impresionante: se construirán 70 unidades y saldrán a la venta con un precio de partida de 1,1 millones de euros, aunque todas estarán destinadas a las carreras, pues no habrá opción de homologación para circulación en la calle.
Además, las 35 primeras unidades contarán con los colores verde y dorado con los que el equipo Brabham consiguió sus mayores éxitos en la Fórmula 1, donde logró 4 títulos de pilotos (Jack Brabham en 1966, Denny Hulme en 1967 y Nelson Piquet en 1981 y 1983), 2 de constructores (1966 y 1967) y un total de 35 victorias en Grandes Premios.
Brabham BT62, máxima rivalidad
Llega para enfrentarse al McLaren Senna y el Aston Martin Vulcan como vehículos de competición más exclusivos. Cuenta con un chasis fabricado en fibra de carbono y su trabajada aerodinámica salta a la vista, aunque guarda importantes secretos.
El paragolpes delantero dispone de unos deflectores destinados a recoger el aire y moverlo por los bajos del vehículo. En la zona trasera se pueden ver un difusor sobredimensionado y un alerón de gran tamaño, propio de los vehículos de categoría GT. Hay que recordar que el coche tiene una relación peso/potencia de solo 1,36 kg/CV; para detener esta potencia se emplean unos frenos de carbono con 6 pinzas.
En el habitáculo, como no podía ser de otra manera, encontramos unos asientos de tipo bacquet, paneles de fibra de carbono e instrumentación digital para que el piloto pueda controlar y cambiar con un solo movimiento la respuesta de los diferentes elementos del coche. De la seguridad de su ocupante se encargará una jaula antivuelco.
Brabham BT62, nueva etapa
El Brabham BT62 supone el renacimiento de una marca legendaria de la mano de unos nuevos dueños: llevan mucho tiempo trabajando en el proyecto que ha dado lugar a este vehículo.
Desde el comienzo, se han planteado alcanzar las cotas más altas de la competición. Aunque, al contrario de lo que sucediera hace unos años, su objetivo no está en el mundo de los monoplazas, sino en el de la resistencia. Se han marcado como meta las 24 horas de Le Mans, aunque, por el momento, no están en la lista de inscritos en la cita francesa de este año. Tendrán que esperar a 2019…
