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Cómo cambiar una bombilla trasera

No es fácil, pero tampoco imposible. Así se cambia una bombilla trasera

Si te percatas de que tienes una bombilla trasera fundida, puedes evitar el taller cambiándola tú mismo. No es una operación complicada, como comprobarás en los pasos que te explicamos con detalle.

Suele ser uno de los contratiempos más habituales que suceden en nuestro vehículo, pero lo podemos solucionar si somos un poco mañosos. Cambiar una bombilla trasera fundida no es el fin del mundo, como queda demostrado en esta explicación, paso a paso. Si te atreves, evitarás los costes del taller, algo que siempre agradecerá la economía familiar.

Pasos a seguir:

1. Localiza las bombillas

Aunque el reglamento de circulación ya no obliga a llevar bombillas de repuesto, te recomendamos que, si no las tienes en tu coche, adquieras un juego de recambio. En principio, como herramienta, basta con un destornillador de cabeza plana, aunque, en algunos casos, tendrás que desmontar toda la óptica, y necesitarás contar con otro de estrella.

2. Retira la tapa

En el coche utilizado para este reportaje, un SEAT Ibiza ST, el acceso a las bombillas se realiza retirando dos tapas, una en la parte interior del portón trasero y otra en uno de los laterales del maletero. Deberás retirar una u otra, en función de la luz que vayas a sustituir.

3. Desconecta la clema

Para poder operar con mayor comodidad, retira primero la conexión eléctrica. Una vez lo hayas hecho, ya puedes sacar la placa donde van colocadas las bombillas. Si tienes dudas sobre cuál es la bombilla que no funciona, puedes comprobarlo mirando si el filamento está roto, o bien conecta la clema, enciende todas las luces, y comprueba cuál es la que no enciende.

4. Reemplaza la bombilla

En la mayoría de los casos, las bombillas de casquillo redondo se extraen apretando hacia abajo y girando un cuarto de vuelta en sentido inverso a las agujas del reloj. En otros, las luces pueden emplear una lámpara halógena, de menor tamaño, que va insertada a presión.

De cualquier modo, intenta no tocar con las yemas de los dedos la superficie de cristal, y si lo haces, limpia las huellas que hayan quedado.

5. Comprueba que funciona

Una vez hayas reemplazado la lámpara, conecta la clema y procede como en el paso tres. En el caso de las luces de freno, necesitarás la ayuda de alguien para que pise el pedal… o echarle algo de imaginación.

6. Inserta la placa

Si todo funciona correctamente, desconecta la clema y vuelve a encajar en su sitio la placa. Vuelve a realizar la conexión, coloca la tapa… ¡y listo! Una operación muy sencilla que, aparte de librarte de una sanción, sirve para que los demás usuarios de la vía te vean. Porque la seguridad es lo primero.

Los LED no se cambian

En los nuevos modelos, se está generalizando el empleo de otro tipo de iluminación. Se trata de las luces de tipo “LED” (Light-Emitting Diode) o diodos luminosos, que se emplean en modelos como el BMW Serie 5.

Sus ventajas: mayor duración (en torno a seis veces más que las bombillas convencionales), menor consumo de energía, una temperatura de funcionamiento más baja y un haz de luz más intenso y homogéneo.

Fotos: FYP PHOTO

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