Todos hemos visto a otro usuario de la vía cometer una infracción. De entre ellas merece la pena distinguir las que se realizan de forma involuntaria y las forzadas, las que verdaderamente ponen en peligro la seguridad del resto de conductores. Debes saber que puedes denunciar por tu cuenta una infracción y te mostramos cómo hacerlo.
Lo creas o no, cualquier ciudadano puede denunciar una infracción de tráfico. Si nos guiamos por la L.S.V., las denuncias pueden ser tramitadas tanto por un Agente de la Autoridad como por cualquiera que tenga conocimiento de los hechos.
En realidad, las autoridades nos instan a denunciar conductas peligrosas y temerarias en la carretera, situaciones que, por desgracia, vivimos habitualmente. Mediante este procedimiento podremos limitarlas. Eso sí, no esperes recompensa alguna si lo que esperas es “hacerte de oro” con ello.
Denunciar una infracción de tráfico es, en términos generales, bastante sencillo. Ahora bien, apunta toda la información que puedas recabar para llevarla a cabo:
Denunciar es sencillo, simplemente debes dirigirte, con los datos que antes repasábamos, a un Agente de la Autoridad, como un policía local o un Guardia Civil, y explicar la situación. Él se encargará de llevar a cabo la denuncia si así procede.
En su lugar puedes dirigirte a dependencias policiales a la Jefatura Provincial de Tráfico, donde gestionarán la denuncia. Ahora bien, que se lleve a cabo no significa que acabe tramitándose, como ocurre con cualquier denuncia impuesta por un agente.
Hay que tener en cuenta dos cuestiones: nuestros derechos y nuestras obligaciones. Por un lado podemos ejercer nuestro derecho de denunciar una conducta no apropiada y por otro tenemos la obligación de notificar a las autoridades acerca de estas conductas.
No obstante, hay que tener la mente muy centrada en la situación. Me explico. No toda infracción es tal. En ocasiones una infracción puede venir dada por otra situación ajena al conductor, incluso es posible cometer una infracción en pos de la seguridad, si no se pone en peligro a otros usuarios.
Por tanto, hay que saber discernir, primero qué es y qué no una infracción, y segundo si esa infracción es una temeridad o viene dada por otra situación. Raro es el conductor que no haya cometido nunca ninguna, y a veces merece la pena “hacer la vista gorda”.
Por otro lado, si merece la pena o no afrontar todo lo que supone la denuncia de una actitud incorrecta. Esto nos supondrá desplazarnos hasta dependencias policiales o acudir a un agente, además de estar pendiente y anotar todos los datos que necesitemos. Sí, es un engorro.