Quiero ser piloto, ¿qué debo hacer para conseguirlo?

Llegar a ser piloto nunca fue tarea fácil. ¿Qué hay que hacer para conseguirlo?

Ser piloto, ¿se nace o se hace? Nosotros queremos pensar que el piloto se hace. Cualquier persona es capaz de conducir un monoplaza o un coche de rallies si se lo propone; si es perseverante y tiene constancia; si alimenta su talento, y si demuestra implicación y trabajo en aquello a lo que se dedica. Sin embargo, la base de la cuestión gira en torno a la siguiente pregunta: ¿es suficiente con ser un buen piloto? En el deporte, y más aún en el mundo del motor, no solo basta con tener talento. Hay que darle brillo y dejar que la gente adecuada se fije en él. Podemos ser unos genios al volante, pero, si no nos conoce nadie, no llegaremos a ninguna parte. Y, en algunos casos, si no contamos con unos recursos económicos notables, tampoco.

Aprendizaje y mucho sacrificio

Si, de verdad, queremos tomarnos en serio una competición, es necesario tener los cinco sentidos puestos en ella. Muchos pilotos actuales, al igual que deportistas de élite, tocaron techo a base de invertir gran parte de su tiempo en lo que amaban, lo que conlleva el sacrificio de tener que modificar de manera drástica muchas de nuestras rutinas diarias. Además, exceptuando la Fórmula 1, la edad no suele suponer ningún problema, ya que se puede participar en carreras de coches, seas más o menos mayor, y acabar siendo un gran piloto. Hablamos, claro, se competiciones de bajo nivel. En ocasiones, gente por encima de los cincuenta años con recursos económicos teme a dar el paso, simplemente por creer que ya están mayores para correr. Para destacar en los grandes campeonatos es necesario empezar desde muy pequeño. Por otro lado, los pilotos más veteranos recomiendan empezar con unos cursos de formación antes de competir. No son obligatorios, ya que hacerlos no nos otorga una licencia específica para correr, pero sí recomendables. Principalmente, la formación previa está enfocada a desarrollar las aptitudes del piloto, de modo que ya parta de una base cuando quiera competir. En España, la Escuela Española de Pilotos se encarga de enseñar a gente con cursos de 510 € por jornada.

Poderoso caballero, don dinero

Lo primero que debemos tener en cuenta es que ser piloto, sea cual sea la modalidad, requiere mucho dinero. Nos gustaría poder desvelaros alguna fórmula con la que llegar a la élite sin necesidad de hacer grandes sacrificios económicos, pero es prácticamente imposible. Al contrario de lo que mucha gente piensa, los pilotos de coches pagan por correr, cada vez más, y son ellos los que asumen el resto de gastos. A diferencia de los pilotos profesionales, de los cuales muchos no tienen que realizar ningún desembolso propio. O al menos así lo parece, pues algunos de los pilotos de F1 más famosos pagan por su asiento o traen detrás la inversión de un patrocinador. Para que nos hagamos una idea, estos serían la mayor parte de los gastos que deberíamos soportar:

• Coche: Desde los 4.000 € de un Hyundai hasta los 30.000 € de un Clio, o de los 40.000 € de un Ginetta G50 a los 500.000 € de un Aston Martin GT3.
• Inscripciones: Varían dependiendo de la competición. Podemos tener algunas de 500 € para el CER u otras de 6.000 € para las 24h de Barcelona.
• Neumáticos: Depende del vehículo que tengamos, pero su precio podría ir desde los 700 € hasta los 1.800 €.
• Gasolina: La propia Federación suministra gasolina a 3 €/litro.
• Equipo: Desde los 4.000 € por carrera en el CER hasta los 30.000 € en el Blancpain.
• Licencia: En la Federación, en torno a 350 €. Únicamente hace falta pagarla, sin necesidad de tener que hacer algún tipo de examen.

Sistema de competición, equipos y categorías

Lo más común es empezar por la elección del sistema de carrera. Tenemos dos opciones: comprar un coche para correr o alquilar uno. Normalmente, la primera opción suele acarrear un coste menor, pero un desembolso mayor. Tenemos automóviles desde los 4.000 € hasta los 500.000 €, pero indiferentemente del que seleccionemos, tendremos tres alternativas para correr:

• Hacerlo por nuestra propia cuenta, es decir, ir con el coche remolcado y con unos amigos. Sería lo más parecido a tomarse la competición como un hobby.
• Tener un equipo amateur, que normalmente es un taller de mecánica que los fines de semana da apoyo y mantenimiento a coches de carreras.
• Contar con un equipo profesional que se dedica exclusivamente a la competición, con sus mecánicos, ingenieros…

Hay que tener claro el equipo con el que queremos estar rodeado. Aunque es evidente que cuanto más profesionales queramos ser y parecer, más dinero habrá que poner sobre la mesa. Así, la elección de un “coach” no es mala opción para tener a alguien que nos ayude en competición y con quien compartir gastos. Lo ideal es tener un “driver coach”, que entrena y ayuda al piloto a que el resultado de la carrera siempre sea el más óptimo. Igual de importante es escoger un copiloto que el modelo de coche. Por lo general, tenemos tres tipos de coches para circuito –turismos, GT y monoplazas– y dos tipos de carreras -de sprint y de resistencia-. Los monoplazas son una opción si tenemos menos de 22 años, y solo contempla carreras cortas. Los demás coches ofrecen más alternativas:

• Turismos: tendremos carreras cortas (un piloto) y largas (de uno a cinco pilotos).
• Coches GT: Derivados de los deportivos, es más común verlos en carreras largas. Siempre serán más caros de comprar y precisarán un equipo profesional.

Dentro de la categoría de circuitos la forma más sencilla de iniciarse es en el karting. Son coches más asequibles, con un mantenimiento sencillo y, sobre todo, que no necesitan de un gran equipo. Tampoco necesitan de un complicado transporte. Los niños y más jóvenes tendrán aquí mucha variedad de campeonatos, si lo tomamos como algo profesional o competitivo. Eso sí, el nivel es muy alto y es complicado destacar. Siempre nos pueden interesar los rallies, más accesibles por cantidad de pruebas, nivel y precio de entrada. Lo interesante de los rallies es que podemos competir en multitud de carreras, incluso campeonatos, a lo largo de la temporada, sacando más rendimiento a nuestra inversión. Existen varios tipos, rally, rallysprint, rally-raids, subidas o slalom. De entre todos, algunos son en tierra y otros en asfalto. Los rallies en asfalto son algo más baratos por una simple cuestión de desgaste. Otra fórmula de competición es el autocross, una disciplina no demasiado difundida en España, pero perfecta para combinar los circuitos y los rallies. El autocross, que puede combinarse con el kartcross, permite hacer manos en superficies resbaladizas, además de brindar una gran variedad de modalidades. Es una perfecta iniciación para lanzarse más tarde al rallycross, una disciplina que, por desgracia, no tiene demasiado seguimiento en nuestro país.

¿Y si queremos correr en la Fórmula 1?

Ciertamente, no existe una llave con la que podamos abrir las puertas de la F1 por arte de magia. La realidad es que, hoy en día, existen tres posibilidades de llegar a ella, y no necesariamente todas garantizan el éxito. La primera opción es contar con una familia que tenga a disposición mucho dinero para desembolsar en ese objetivo. Nos referimos a invertir, por lo menos, entre 3 y 4 millones de euros desde los 15 y los 20 años. Hay que hacerse a la idea de que cada temporada vamos a tener que soportar muchos costes económicos de mantenimiento. La segunda opción pasa por formar parte de una escuela de pilotos. Red Bull Junior Team es el ejemplo más claro de ello, ya que, gracias a sus programas de formación, se implica en fichar a jóvenes talentos para llevarlos a lo más alto. Es el caso de Vettel, con quien se consiguió dar en el clavo y crear a la gallina de los huevos de oro de Red Bull. ¿El problema? Deriva principalmente en la presión a la que está sometida el piloto constantemente. Exigencias de resultados en cada test, crono y carrera. Una tercera alternativa está en los programas de selección de pilotos. No hace falta más que presentarse y confiar en que demostremos ser un gran piloto, y que nos escojan. A partir de ese momento, dependemos totalmente de la suerte. Además, el salto a la élite de la F1 suele estar marcado los siguientes pasos: