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¿Cómo conducir con niebla? Aprende a circular seguro

Conducir con niebla

Los días de niebla son habituales en las épocas frías, donde las nubes bajas provocan una pérdida sustancial de la visibilidad que puede condicionar nuestra forma de conducir. Estas condiciones meteorológicas pueden hacer que los desplazamientos sean más estresantes, difíciles e incluso, peligrosos, si no se conocen en profundidad los métodos de actuación en estos casos.

Por ejemplo, uno de los puntos fundamentales será asegurar nuestra visibilidad de la carretera. Tanto el parabrisas como los retrovisores deben estar limpios y el sistema de climatización debe estar en perfectas condiciones. Solo así tendremos más probabilidad de reducir los riesgos al volante, aunque no es el único factor que debes tener en cuenta para aumentar tu seguridad vial.

Por eso, a continuación te desgranamos todos los secretos de la conducción segura en niebla. Sigue leyendo y asegúrate de que circulas con las máximas garantías.

1. Ver y ser vistos

Conducir con niebla

Una de las frases más usadas en condiciones climáticas desfavorables es la de ver y ser vistos. Una teoría que toma especial importancia en conducción con niebla. La iluminación es fundamental, pero hay que aprender a utilizarla. En primer lugar, en condiciones de niebla es imprescindible conectar el alumbrado.

No vale con la luz de posición, del mismo modo que tampoco vale la de largo alcance, que reflejará en la niebla y deslumbrará al resto de usuarios, además de a nosotros mismos. Las luces cortas son las indicadas. Las luces antiniebla delanteras son opcionales, y están especialmente diseñadas para penetrar en la niebla y ofrecer un campo de visión más ancho. Si la niebla es escasa no es verdaderamente necesario encenderlas.

Las luces antiniebla traseras son obligatorias, y deben usarse en condiciones de niebla. Si la visibilidad es escasa los que nos sigan nos verán mejor. Ahora bien, hay que distinguir entre algo de niebla y niebla intensa, donde verdaderamente será necesario. Importante es que las desconectemos cuando la visibilidad haya mejorado, pues además de estar prohibido usarlas iremos deslumbrando al resto de usuarios de la vía.

2. ¿Seguir al que nos precede?

Conducir con niebla

Lo importante en condiciones de baja visibilidad, como en conducción con niebla, es tomar referencias, como por ejemplo la línea blanca continua del lateral. Asimismo, podemos llegar a perder la visión con el resto de coches, pero no por ello debemos pegarnos a ellos. La distancia de seguridad es igualmente importante, más cuando no podemos anticiparnos a lo que haga el coche que va delante.

Por ello es necesario tomar las marcas viales como una referencia, así como los elementos reflectantes de la vía o los guardarraíles. El coche que nos preceda deberá, en teoría, llevar las luces encendidas y, por lo tanto, servirnos también de guía.

3. Evita cambiar de carril

Conducir con niebla

A menos que sea vital evita cambiar de carril mientras conduces con niebla, pues puede suponer una situación de peligro. La visibilidad reducida afecta a nuestro campo de visión, por lo que será más difícil ver a los vehículos que circulen a nuestro alrededor, especialmente si no llevan conectada la iluminación.

Del mismo modo, en carreteras de doble sentido hay que evitar en la medida de lo posible adelantar, por los mismos motivos que antes hemos descrito.

4. Extrema la precaución

Conducir con niebla

Esto no debería de ser una clave de nuestra lista, pues es un concepto que debería de aplicarse en cualquier tipo de conducción. Pero con niebla la situación es especialmente delicada, por lo que habrá que colocar toda nuestra atención en la carretera.

No valen distracciones menores, pues el coche que probablemente no vemos por la niebla aparezca repentinamente. Por eso es importante tener controlados a los coches que nos rodean y, además, adecuar nuestra velocidad a los límites más ajustados de la vía. De nada sirve aumentar la velocidad para librarnos rápido de la vía.

5. ¿Puedo pararme?

Conducir con niebla

Si las condiciones son extremadamente complicadas, detenerse es una opción, pero hay que hacerlo con cabeza y mucho cuidado. Evidentemente pararse en mitad de la carretera o reducir anormalmente la velocidad no es aceptable, pues ponemos en riesgo nuestra seguridad y la del resto de usuarios. Podrías sufrir una colisión por alcance.

Lo ideal es encontrar un área de servicio o algún desvío y detenernos con seguridad hasta que la niebla se despeje. Parar en el arcén es la última alternativa, y si lo hacemos conviene que no sea en un lugar peligroso y nos peguemos bien al lateral derecho. Como es evidente, no deberemos apagar las luces para seguir presentes a la vista de otros usuarios.

Redacción

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