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Los 15 signos que te dirán si estás mayor para conducir

La siniestralidad entre los conductores mayores de 65 años aumenta; han subido los accidentes con víctimas, según un estudio enmarcado en el proyecto SAVIMA (Salud Vial en Mayores) y también se ha incrementado la gravedad de los mismos.

Las infracciones que más suele cometer este colectivo cuando se pone al volante son no parar en un stop, no respetar la prioridad de paso, marchar a una velocidad inadecuada y no mantener la distancia de seguridad. Además, cuanto mayor es la edad, menos se utiliza el cinturón de seguridad.

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El problema de los accidentes en este grupo es grave y lo seguirá siendo, debido al envejecimiento de la población. Las causas de los siniestros son varias y complicadas: se deterioran las capacidades psicofísicas, existe un desconocimiento de las normas y de los riesgos, las carreteras y las señales están poco pensadas para los mayores, los vehículos son cada vez más complejos

¿Cómo podemos contribuir a reducir el peligro? Identificando 15 signos que nos dirán si nuestras capacidades (o la de nuestros familiares) al volante se están reduciendo; los plantea el especialista británico en asistencia en carretera GEM. Permanece atento si observas…

  • El factor “por los pelos”: se evita un accidente o un golpe en el último momento.
  • Pequeños abollones o arañazos en el coche de un familiar mayor.
  • Multas por exceso de velocidad o por saltarse semáforos en rojo.
  • Dificultad para ver las señales de la carretera.
  • Disminución en la atención que se pone a los automóviles que circulan junto al nuestro.
  • Falta de reacción cuando pide paso una ambulancia, un camión de bomberos o la Policía.
  • Reacciones lentas ante situaciones que exigen una frenada o un cambio de dirección bruscos.
  • Confusión entre los pedales del freno y el acelerador.
  • Decisiones erráticas.
  • Aturdimiento o enfado ante pequeños problemas.
  • Dificultad para mirar hacia atrás antes de sacar el vehículo de una plaza de aparcamiento.
  • Equivocaciones en una ruta habitual.
  • Repetidas salidas y entradas en el carril.
  • Disminución (o total ausencia) del uso de los intermitentes.
  • No se quitan los intermitentes tras utilizarlos.