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Diésel o gasolina: estas son sus diferencias en el mantenimiento

Diesel y gasolina, diferencias en el mantenimiento

Elegir entre comprar la versión diésel o gasolina de un coche pensando únicamente en el precio del combustible es un claro error. Conviene que tengas en cuenta argumentos de mayor peso como la amortización del coste, generalmente más alto en un automóvil de gasóleo frente a otro de potencia similar con motor de gasolina. Pero tampoco debes olvidar que hay diferencias entre el mantenimiento periódico que debes realizar para alargar la vida de tu vehículo, lo que puede evitar averías de cierta gravedad.

Y es que hay elementos concretos como el filtro de combustible, la correa de distribución y las válvulas EGR, entre otros, que presentan claras diferencias en cuanto a su mantenimiento con el paso de los kilómetros, según tu coche esté alimentado por gasolina o diésel.

Lejos del cambio de aceite y de los filtros, algo común en ambas mecánicas, hay otros componentes que sufren el desgaste con el paso del tiempo y con su uso. Si nos referimos al filtro de combustible, en los coches diésel se tiene que cambiar con mayor frecuencia que en los de gasolina. Este mantenimiento es necesario para impedir que se inyecte combustible con demasiadas impurezas ya que, de lo contrario, se podría dar lugar a averías mecánicas importantes. En los modelos de gasóleo también es necesario revisar las bujías de incandescencia (calientan la cámara de combustión), que permitirán un arranque correcto del motor. En este sentido, para los motores de gasolina será necesario comprobar de forma periódica que la chispa de las bujías es correcta y que no hay impurezas en su superficie.

Una pieza muy importante y en la que encontramos una diferencia notable es la correa de distribución, ya que, mientras en los propulsores diésel se puede retrasar su sustitución hasta los 200.000 kilómetros, para los de gasolina se aconseja que se cambie entre los 120.000 y los 150.000 kilómetros, dependiendo de lo que recomiende el fabricante.

Otra cosa a la que debes prestar atención en los automóviles de gasóleo son las válvulas EGR o de recirculación de gases de escape -los de gasolina no necesitan incorporarlas-, que se encargan de devolver parte de los gases expulsados al motor, para así quemar partículas contaminantes sólidas, tan perseguidas en los últimos años. De hecho, son las culpables de que muchos países le hayan declarado una guerra abierta a las mecánicas diésel. Recuerda sustituirlas cada 100.000 kilómetros en un uso normal del coche y algo antes si tus recorridos son puramente urbanos.

Para que te hagas una idea más clara de lo que estamos hablando, extraemos datos de Audatex en los que se aclara el precio que vamos a tener que pagar durante los años de vida útil del coche, en cuanto a mantenimiento se refiere.

El coste extra medio en el mantenimiento de un coche diésel -en comparación con el de gasolina- es de entre 300 y 700 euros (modelos evaluados: Nissan Qashqai, Toyota Auris, Audi A4, Dacia Sandero), aunque aparecen cifras reveladoras y chocantes, como que el mantenimiento de un Seat Ibiza de gasolina (1.0 TSI de 95 CV) está al mismo nivel de gasto que su versión similar de gasóleo.

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