Sí, tal y como indica el titular, General Motor está estudiando la creación de una versión eléctrica de uno de sus históricos icónicos, el Dodge Challenger. Ver para creer. Oír… para no escuchar. Los tiempos afectan a todos los modelos por igual. Si ya avisamos hace unos meses de que Ford estaba preparando un Ford Mustang híbrido, ahora le ha llegado el turno a uno de los iconos de la era Muscle Car.
Y es que aquella estirpe de automóviles que pretendía embrutecer vehículos de gama media para que el comprador tipo de Estados Unidos tuviera acceso a motores enérgicos, potencias descomunales y bramidos ensordecedores podría perder uno de sus argumentos para convertirse en leyenda: el sonido. Despídete de su melodía embaucadora, ahora la potencia y las prestaciones serán respetuosas con la contaminación acústica. Adiós motores V8, hola imanes síncronos.
Rumores con fundamento
No es un secreto que General Motors prepara una nueva generación del Dodge Challenger. Aunque sí lo son los planes que proyecta la compañía sobre el modelo. Ha sido The Detroit News, periódico local de la ciudad en la que está la sede del fabricante, el primero en informar sobre la estrategia que planifica el fabricante. Es más, no solo se plantea la opción de una variante eléctrica sino que, también, estaría pensando en incluir una mecánica híbrida.
El mismo medio recoge unas declaraciones de Mike Manely, CEO de Fiat Chrysler donde señala que “los nuevos tiempos hacen pensar en las nuevas tecnologías de forma diferente”. Alusiones de este tipo, unidas a otras realizadas durante el Salón de Detroit, las limitaciones de emisiones imperantes en la legislación estadounidense y la apuesta del grupo por los motores híbridos y eléctricos dan consistencia a esa información.
Cambio de espíritu, no de sensaciones
La implantación de un motor eléctrico en el Dodge Challenger no debería cambiar de facto las sensaciones de las que ya garantiza el coche. No rugirá como antaño. No podrás jugar con el cambio de marchas y la entrega de potencia. Pero sí contarás con motores de varios cientos de caballos que se podrían desbocar llegado el caso. Eso sí, con todas las ayudas a la conducción que cuentan los vehículos hoy día.