Un equipo de científicos israelíes engaña los sistemas de conducción autónoma de varias marcas.
Nos han dicho que el futuro ya está aquí, que la conducción autónoma ya se podría imponer en nuestros vehículos y que aumentará la seguridad de nuestras carreteras y ciudades al ser capaz de evitar accidentes y atropellos. Pero, tras la investigación llevada a cabo por un equipo de científicos de la Universidad Ben-Gurión de Néguev (Israel), ha quedado patente que aún le falta mucho desarrollo: han conseguido engañar a varios sistemas de conducción autónoma con fotos de personas y coches y la simulación de señales de tráfico y marcas viales.
Esta tecnología, a través de radares y cámaras, detectan la presencia de coches, personas, ciclistas y animales y son capaces de frenar de forma autónoma al entender que se puede producir una situación de peligro.
Pero estos científicos, según informa El Confidencial, han conseguido engañar a los sistemas de conducción autónoma de Tesla, Mazda, Renault y Honda (estos tres últimos emplean un sistema denominado Mobileye 630 Pro) de una manera fácil y al alcance de cualquiera poniendo en duda así su efectividad.
¿Infalibles?
Desde la llegada de esta tecnología se dudó sobre la seguridad de estas tecnologías. Siempre se puso el acento sobre el peligro de que pudieran ser hackeadas por piratas informáticos y alterar así su funcionamiento, pero nunca se había dudado sobre la facilidad de engañarlos. Este grupo lo ha hecho utilizando simples fotografías de personas, zagas de coches o de límites de velocidad.
Pero no solo eso, también lo han conseguido proyectando luces sobre la carretera que simulaban las líneas de carretera demostrando así que los sistemas no discernían las marcas legales y las ‘artificiales’.
Problemas que muestra
El problema aquí redunda en las dificultades que tienen para discernir la tercera dimensión de las personas y los ciclistas así como diferenciar las señales reales y las falsas.
Además, un nuevo problema surge aquí. El mal estado de nuestras carreteras donde a los baches y grietas se suma el desgaste y desaparición de las marcas viales y delimitaciones de los carriles así como la oxidación y la dificultad para leer las señales de tráfico.
Esta es la razón por la que son varias las voces que se han alzado solicitando el desarrollo e implantación de la comunicación entre vehículos y con las propias ciudades, una tecnología que ya se encuentra en estudio, en España Barcelona tiene ya un proyecto piloto en este sentido, para evitar este tipo de engaños.