El Ford Fiesta 1.0 Ecoboost 140 CV es la versión más deportiva de la gama del urbano de Ford. Sus 140 caballos de potencia y un chasis rebajado y más firme ofrecen un talante divertido cuando llegan las curvas y resulta agradable, a la vez, en el día a día. El salto tecnológico es enorme respecto al modelo anterior.
Recuerdo que hace 36 años aprobé el carnet de conducir con un Ford Fiesta de la primera generación. Para mí era el mejor coche del mundo y soñaba con hacerme con uno, pero finalmente no pudo ser y me tuve que conformar con un Seat Panda.
Ahora he tenido ocasión de ponerme al volante de la última puesta en escena del Ford Fiesta para comprobar que queda el nombre y nada más. El salto cualitativo, por ejemplo, es enorme respecto al modelo al que sustituye en aspectos como la calidad o la tecnología.
De hecho, ya no espera para heredar elementos sofisticados de sus hermanos mayores; estrena porque tiene entidad suficiente, como es el caso, de ser el primer Ford que incorpora una frenada autónoma en ciudad que ahora detecta peatones, un sistema de aparcamiento asistido que aplica el freno para evitar pequeños golpes o un equipo de sonido de alta fidelidad que firma Bang & Olufsen.
Exteriormente, ha crecido algo más de siete centímetros de longitud y uno en cota de anchura, amplía el ancho de vías e incrementa la rigidez torsional. La versión más deportiva actualmente de la gama (hasta que llegue el ST) se desmarca con una parrilla delantera tipo panal, llantas específicas o un spoiler trasero.
Además rebaja la altura del conjunto un centímetro debido a que monta unos amortiguadores y unos muelles más firmes en su tarado.
También en el interior el acabado ST Line acarrea personalidad propia. Y es evidente en sus exclusivos asientos, volante forrado en cuero, pedales en acero inoxidable o estribos de las puertas con el logo correspondiente.
A pesar del incremento en su tamaño exterior no hay una relación directamente proporcional en cuanto a habitabilidad se refiere, aunque sí que se mejora ligeramente el espacio para las piernas en las plazas traseras.
Bajo el capó el propulsor tricilíndrico 1.0 EcoBoost sigue haciendo de las suyas. No es fácil con tan escasa cilindrada ofrecer tanto rendimiento. En esta versión alcanza los 140 caballos de potencia y se asocia a una caja de cambios manual de seis relaciones.
Primer punto sobre el que siempre surgen dudas: la sonoridad es diferente porque no puede ocultar su naturaleza ‘impar’, pero no resulta molesto y los decibelios tampoco se ‘disparan’.
Su respuesta a bajo régimen es suficiente para resultar agradable en conducción urbana o tranquila, ya que desde apenas 1.500 rpm comienza a trabajar con ganas. Pero no nos engañemos; donde se encuentra a gusto de verdad es en la zona alta del tacómetro, entre 4.000 y 6.000 vueltas, margen que da mucho juego a la hora pasar un buen rato.
Si a todo esto unimos el hecho de que presenta una relación del cambio más cerrada que el resto de versiones, es más fácil entender que sus prestaciones sean brillantes.
Capítulo aparte para su avanzada tecnología, aunque en muchos casos hay que pagarla aparte, es la carta de opciones. No es el caso de la alerta por cambio involuntario de carril, el sistema multimedia SYNC 3 que abre un mundo de posibilidades multimedia mediante órdenes por voz o el asistente MyKey, que permite limitar algunas funciones del vehículo relacionadas con la seguridad si, por ejemplo, dejamos el vehículo a un hijo con escasa experiencia al volante.
En definitiva, un vehículo de aspecto y maneras deportivas que hace gala de un tacto general muy agradable y una dinámica sobresaliente, aunque cede puntos ‘gustosamente’ a nivel de confort debido a una suspensión más firme que en el resto de los acabados.
Siempre me he sentido a gusto en el Ford Fiesta por su excelente agilidad y chasis. Esta versión ST Line de 140 caballos se convierte en la opción más deportiva de la gama hasta el momento, ideal para pasar buenos ratos… sin taquicardias.
Precio: 3
Prestaciones: 4
Comportamiento: 4
Consumo: 4
*5 es lo máximo, 1 lo mínimo
Texto: Gregorio Arroyo
Fotos: Paloma Soria.
Motor térmico | Gasolina, 3 cilindros en línea, turbo |
Cilindrada | 998 cm3 |
Potencia | 140 CV a 6.000 rpm |
Par | 180 Nm a 1.500 rpm |
Velocidad máxima | 202 km/h |
Aceleración | 9,0 s (0 a 100 km/h) |
Consumo | 4,5 l/100 km (mixto) |
Medidas (L/An/Al) | 4.065 / 1.735 / 1.466 mm |
Neumáticos | 205 / 45 ZR17 |
Peso en vacío | 1.144 kg |
Maletero | 292 l |
Precio base | 19.145 euros |
DE SERIE. Suspensión deportiva; llantas de aleación de 17 pulgadas; pedales de aluminio; pantalla táctil de 6,5 pulgadas; Ford SYNC 3; Bluetooht; MyKey; acceso y arranque sin llave; airbags (frontales, laterales delanteros, cortina); ordenador de a bordo con limitador de velocidad; climatizador manual; asistente de arranque en pendiente; alerta por cambio involuntario de carril; retrovisores termoeléctricos; faros antiniebla; asistente frenada de emergencia.
OPCIONES. Llantas de aleación 18 pulgadas + cristales privacidad (700 euros); Asistente de ángulo muerto + alerta tráfico cruzado en la zaga (400 euros); Pantalla táctil 8 pulgadas + SYNC 3 + navegador + climatizador automático (600 euros); techo panorámico eléctrico (700 euros); Paquete Control de Carretera (sistema de reconocimiento de señales de tráfico + control automático luces de carretera + limitador de velocidad ajustable (375 euros); pintura metalizada (425 euros); Alarma perimétrica (150 euros).