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Dos robots se convierten en los pilotos de Ford para los test más extremos

No, no es que Terminator se haya hecho realidad. Simplemente es que Ford ha sumado a su plantilla de pilotos dos robots para que testen algunas de las condiciones más extremas en sus coches.

Desde los albores, todo coche nuevo que se comercializa pasa previamente por una serie de test para validar sus condiciones. La mayoría de estas pruebas se realizan en condiciones extremas, poniendo al límite las facultades tanto de los coches como de los pilotos (ya sean profesionales o ingenieros) que los conducen.

Por eso mismo, la firma americana acaba de dar un importante paso dentro de su moderna Planta Meteorológica. Utilizada para simular una gama de condiciones extremas bajo un mismo techo, ofrece condiciones simuladas que incluso los pilotos de prueba humanos más experimentados pueden cansarse o enfermarse, por ejemplo, al realizar pruebas de altitud.

Pero ahora Ford ha dado un paso más en el empleo de robots y ha reclutado a una pareja como pilotos. Sí, has leído bien. Apodados por el equipo como Shelby y Miles (en honor a Carroll Shelby y Ken Miles, figuras clave detrás del desarrollo del Ford GT40 que ganó las 24 Horas de Le Mans en 1966) se han desarrollado para para ayudar a tomar la tensión, especialmente en las pruebas de altitud donde un requisito clave puede ser que la prueba debe replicarse perfectamente varias veces.

Cómo funciona

Situada en Colonia, Alemania, la Planta Meteorológica de Ford ayuda a garantizar que los conductores puedan confiar en los vehículos, ya que han soportado las condiciones que se encuentran en el desierto del Sahara, en Siberia y en la cima de los picos alpinos más altos.

Para los conductores humanos, las pruebas de túnel de viento (en particular a gran altitud) requieren numerosos protocolos de seguridad, como tener botellas de oxígeno, equipos médicos y un paramédico en el lugar, a la vez que la salud del conductor se vigila constantemente.

Cada conductor robotizado es capaz de operar a temperaturas que van desde -40°C a +80°C, así como en altitudes extremas y se puede configurar y programar para diferentes estilos de conducción.

Las ‘piernas’ del conductor robotizado se extienden hasta el acelerador y los pedales de freno y embrague, con un brazo colocado para cambiar de marcha y el otro utilizado para arrancar y detener el motor. Ello no implica que Ford vaya a despedir a los pilotos de carne y hueso, pues continúa realizando pruebas en el mundo real en lugares europeos y de todo el planeta, incluyendo la montaña Grossglockner en Austria y la región nevada de Arjeplog en Suecia.

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Etiquetas: Ford