Seguro que más de una vez te has preguntado porqué existen gasolineras baratas. ¿Cómo es posible que haya tanta diferencia entre el precio de estos carburantes y los que podemos conseguir en establecimientos de grandes marcas? Pues desde ABC se han propuesto resolvernos la duda y nos han contado el secreto de estos lugares.
Y es que repostar en una gasolinera perteneciente a una marca consolidada en lugar de en una de bajo coste puede costar hasta veinte céntimos más por cada litro. Saca la cuenta de lo que cuesta, al año, llenar un depósito; haz cuentas y sorpréndete. Una diferencia abismal que ahora planteamos si está o no justificada. Y es que alrededor del tema planean muchas leyendas que no siempre son ciertas…
Los aditivos, el secreto de su bajo precio
Para empezar, debemos apuntar a que la materia prima con la que se elaboran ambos tipos de combustible es la misma. No se aprecia ninguna diferencia que sea importante reseñar. Ahora bien, el aumento de los costes de producción se dispara a la hora de los aditivos. Estos son los productos que las grandes petroleras añaden a sus fórmulas para aumentar el rendimiento.
Así, antes de que en la refinería se añadan estos aditivos, los combustibles son exactamente iguales; tal y como marca la legislación española y europea, hay unos mínimos de calidad que se deben cumplir. Sin embargo, una vez que se seleccionan y echan para cumplir sus funciones (lubricar, aumentar el número de kilómetros y su rendimiento, actuar como anticongelante o estabilizante…), el combustible de cada marca es diferente. Y, por tanto, lo es su precio en función del coste de producción.
Otra gran diferencia de las gasolineras baratas
Pero no solo los aditivos marcan aquí la diferencia. Otro de los motivos que llevan a que las gasolineras baratas tengan unos precios más competitivos es su propia estructura. El número de empleados y la estructura propia de la marca son menores que las de las grandes marcas. Además, estas últimas poseen importantes departamentos de márketing, comunicación y publicidad. Algo que mueve millones de euros y que sale, obviamente, del bolsillo de sus clientes.
