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¿Un McLaren Senna con 1.000 CV sería buena idea? Hennessey cree que sí

Hennessey eleva la pontencia del McLaren Senna por encima de los 1.000 CV.

¿Qué ocurriría si le damos unos de los coches más radicales del mundo a un preparador de locuras, pongamos por ejemplo un McLaren Senna y pongamos por ejemplo Hennessey? Pues que hacen justicia con su fama. El equipo de ingenieros norteamericanos ha tomado un McLaren Senna, un coche con 779 CV y le ha añadido elementos extraídos de la competición para realizar una de sus mejores creaciones.

Esta no se trata de una creación exclusiva o un One-off de una única unidad. El preparador ha creado un kit con dos versiones, la primera de 900 CV de potencia y la segunda con 1.000 CV. Ambos cuentan con una garantía de 3 años o 58.000 km, signo de la confianza que tienen en su trabajo.

Mejorar componentes

El kit de potenciación del McLaren Senna que propone Hennessey se compone de dos nuevos turbocompresores, nuevas válvulas de descarga para el sistema de sobrealimentación, filtros de alto flujo en la admisión, un nuevo sistema de escape y una nueva gestión electrónica del motor firmada por Motec.

Además se ha trabajado sobre la transmisión de doble embrague y siete relaciones. De este modo, se refuerza para lograr que soporte el aumento de potencia y par que debe soportar tras la preparación.

Hennessey expertos en preparaciones

La compañía estadounidense Hennessey está especializada en exprimir potencia a todo tipo de motores. Entre sus creaciones se pueden encontrar vehículos de Audi, Ford, Cadillac, Dodge, Chevrolet, Jeep, Jaguar, Lamborghini y la propia McLaren.

Algo que tienen en común son las cifras imposibles de potencia. Por ejemplo, el Audi R8 de Hennessey alcanza los 900 CV de potencia gracias a la incorporación de dos nuevos turbocompresores. También son los creadores del Chevrolet Camaro The Exorcist con más de 1.000 CV de potencia.

Fabricantes de sueños

Hennessey no sólo prepara coches con compresores y turbos, también ha creado modelos propios. El primero de ellos fue el Venon GT, una especie de Lotus Elise modificado hasta el extremo, llegando a ser un vehículo propio. Poseedor de un récord de velocidad, alcanzando los 435,31 km/h con lo que vencía al Bugatti Veyron.

Con posterioridad, crearon el Venon F5. Esta nueva creación equipa un motor V8 turboalimentado que supera los 1.600 CV de potencia máxima. Un propulsor de 7,6 litros de cilindrada con el que superaría a su modelo precedente. El nombre de este bólido hace referencia a la velocidad que necesita alcanzar el viento en tornado para considerar que es de máxima fuerza, es decir, fuerza 5.