Jeep Renegade Trailhawk, vestido de campo

El todocamino más pequeño de la firma americana amplía sus aptitudes “off-road” el nuevo Jeep Renegade Trailhawk, una nueva versión que se asocia a un sistema de tracción total que incluye reductora, un motor turbodiésel de 170 CV y al cambio automático de nueve velocidades.

Texto: Juan Pablo Esteban

Con el mundo de los todoterreno en vías de extinción, pocas marcas aparte de Jeep siguen apostando por vehículos capaces tanto en carretera como fuera de ella. Así, la marca mira al futuro con optimismo, de la mano de un todocamino compacto como el Renegade. Su irrupción en el mercado español, en el último trimestre del año pasado, fue prometedora, aunque el Grupo Fiat Chrysler Automobiles quiere ir a más. En este contexto se encuadra el lanzamiento del nuevo Jeep Renegade Trailhawk, una versión que viene dispuesta a potenciar sus cualidades camperas, gracias, sobre todo, al uso de una reductora.

Armas no le van a faltar, en tanto que equipa lo mejor de la familia, posicionándose como la versión más ambiciosa de la gama Renegade. En cuanto a la motorización se refiere, recurre al motor turbodiésel más potente de la gama, el 2.0 Multijet II de 2,0 litros de cilindrada y 170 CV, con el que se asegura un elevado rendimiento. Además, se asocia, en exclusiva, a la nueva caja de cambios automática con convertidor de par de nueve velocidades, convincente en lo que a suavidad se refiere, pero no tanto a la hora de gestionar nuestras demandas en modo manual-secuencial. En tal caso, y sobre todo bajo un uso intensivo, a menudo, el sistema no efectúa el cambio cuando lo requerimos, generando desconcierto … y hace que nos decantemos por el modo automático.

Bien dotado

En cualquier caso, debemos destacar la mejora de las aptitudes camperas, en comparación con sus hermanos de gama. Para ello, cuenta con el sistema de tracción total “Jeep Active Drive Low”, hasta ahora solo disponible junto al motor turbodiesel de 2,0 litros y 140 CV. Entre las características más importantes, destaca el bloqueo del diferencial y la elección de una marcha reductora. Ambas funciones son poco frecuentes en un segmento dominado por modelos más enfocados al asfalto.

Además, para la ocasión, el Trailhawk estrena el control de descenso de pendientes “HDC”, así como un nuevo modo del sistema “Selec-Terrain”, denominado “Rock”, que maximiza la capacidad de tracción. De este modo, se une a los cuatro existentes hasta el momento: “Auto”, “Nieve”, “Arena” y “Barro”. El conductor puede accionarlos a través del mando giratorio, situado tras la palanca de cambios, si bien es cierto que, en la mayoría de las ocasiones, el modo “Auto” funciona correctamente.

Otra de las notas distintivas de esta versión alude a la mayor altura de la carrocería: 12 milímetros más que las versiones 4×4, y 35 milímetros en las 4×2. Asimismo, también luce unos paragolpes delantero y trasero rediseñados, que proporcionan mejores ángulos de ataque y salida.

Para rematar el conjunto, incorpora un completo equipamiento de serie, destacando los neumáticos mixtos “M+S” (barro y nieve), las placas de protección para los bajos, los sensores de aparcamiento traseros, el climatizador automático bizona y la pantalla en  color de 7,0 pulgadas, presente en la instrumentación. Pese a situarse como la versión más completa de la gama, se quedan fuera de la dotación inicial la tapicería de cuero, el sistema de alerta por cambio involuntario de carril o el sistema de navegación con pantalla táctil de 6,5 pulgadas.

Dicho esto, los 33.000 € a desembolsar por el Renegade más aventurero pueden parecer excesivos. Sin embargo, la diversión fuera del asfalto está asegurada.