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Lexus LC 500, a prueba: reinterpretación de autor

Prueba Lexus LC 500

El lujo y la calidad ya casan con la deportividad en Lexus

Lexus LC 500: fotos

[fotos id=”65091″] Lexus sigue cambiando su imagen de marca. Partiendo de un fabricante asociado a berlinas cómodas, desde la llegada del LF-A y la gama F Sport la transformación ha sido más que evidente. Ahora la pasión podemos palparla, y el último utensilio para hacerlo se llama Lexus LC 500. Lo ponemos a prueba.

Lexus LC 500: del prototipo a la callePrueba Lexus LC 500

La primera reacción al ver el Lexus LC 500 en vivo es pensar que algún prototipo se ha escapado de algún remoto almacén. Hasta que ves otro, y otro. Diferentes colores, diferentes combinaciones… La cosa se pone tensa. ¿Es de verdad un prototipo? No, es el deportivo de Lexus.

Las líneas son idénticas al concepto original, un coche que pocos habrían concebido con este aspecto. Bajo, ancho y cargado de aristas y formas casi imposibles. El futuro queda más cerca cuando un LC pasa a tu lado.

Los pequeños faros delanteros, que cumplen su función aerodinámica, la marcada parrilla, ya un clásico en la línea del fabricante o un bajísimo capó dejan claro que no se trata de un simple deportivo. Atrás los pilotos lucen un tamaño descomunal, animado por diferentes molduras.

Mientras tanto, el perfil luce grandes tomas de aire funcionales o llantas de 21 pulgadas. Los detalles llegan de la mano del techo, que puede ser de fibra de carbono. Y es que Lexus anima la gama con dos versiones, una orientada al confort y otra a la dinámica: Luxury y Sport+.

Lexus LC 500: aires de familiaPrueba Lexus LC 500

El concepto de “muy Lexus” se puede definir de distintas formas. Por un lado, la propia marca apunta a la excelencia, algo que notamos a la hora de tocar todos y cada uno de los rincones del habitáculo. Tampoco esperábamos menos en un vehículo que parte de 120.000 €.

La otra vertiente es el diseño, que no se queda estacionado en el salpicadero o los mandos, todo dispuesto en forma de cascada, sino que también se fija en los asientos deportivos o en el cuadro de mandos digital, que modifica su aspecto según el modo de conducción seleccionado.

En realidad el LExus LC 500 es un gran turismo, un viajero fugaz capaz de alojar a cuatro pasajeros en su interior. Estamos de acuerdo, las plazas traseras son de emergencia, pero no tan de emergencia, y nos sacan de un apuro tanto si queremos ir a cenar con la familia como si queremos ir con amigos al circuito. En este sentido podría ser perfectamente tu coche de diario.

Lexus LC 500: dos saboresPrueba Lexus LC 500

Lexus ha creado una gama para su deportivo, algo que a simple vista no sería lo habitual. Esta especie de prototipo rodante emplea dos mecánicas bien diferenciadas. Por un lado el LC 500, con un V8 atmosférico de alto giro y una potencia de 477 CV. Va asociado a una caja de cambios automática de 10 relaciones.

Pero la estrella quizás sea la variante de acceso menos potente. Bajo el nombre del Lexus LC 500h, esconde una mecánica híbrida de 359 CV de potencia, cifras poco habituales en un propulsor, a priori, ecológico. Y es innovador no sólo por su concepción, sino también por su caja de cambios. Combina el convertidor de par con la clásica caja de engranajes epicicloidales de los híbridos de Toyota y Lexus.

Ambos pretenden otorgar al conductor un mismo tacto deportivo, y parece, una vez en marcha, que Lexus ha querido acercar el concepto híbrido al LC 500. En condiciones normales, de hecho, y salvo por el sonido, no parece que estemos a los mandos de un deportivo con asistencia eléctrica.

Lexus LC 500: prueba en AscariPrueba Lexus LC 500

Llueve a mares, pero estoy en el carismático circuito de Ascari, en Ronda, Málaga. Este trazado que emula algunas de las mejores curvas de multitud de circuitos mundiales, se presta para nuestra prueba del LC. Las condiciones son complicadas, no por visibilidad, sino por un asfalto que parece hielo. La baja adherencia pondrá a prueba nuestras capacidades. Y las del coche.

El primer contacto con un GS F nos deja claro que el acelerador aprieta y también ahoga. Me refiero a la tensión, pues el contravolante, si no somos finos con el pie derecho, es constante. Por eso prefiero, ahora que empiezo a familiarizarme con el trazado, empezar con el LC 500h. Mi primera toma de contacto con el deportivo de Lexus será “híbrida”.

Prueba Lexus LC 500

La postura de conducción es muy baja, con un centro de gravedad desarrollado partiendo de la base del LFA. Este deportivo ha sido, en realidad, la base de todo el proyecto. Si nos guiamos por las palabras de los responsables de marca, se trata sencillamente de un LFA evolucionado. Sin el espléndido V10 que entonces imponía el ritmo, claro.

En su lugar un V6 junto con un sistema eléctrico que suaviza el funcionamiento. Los primeros metros, en el pit lane, los recorro sin gastar una gota de combustible. Pero pronto selecciono el modo manual de la caja de cambios y trato de olvidar esa “h” al final del nombre que aún me crea confusión. Al fin y al cabo registra un 0 a 100 km/h en sólo 4,7 segundos.

Pronto abandono la idea. El coche empuja con decisión, y el motor eléctrico no trata de imponerse en todo momento. La entrega de potencia es sorprendentemente lineal, hasta el punto de que el empuje no limita tus capacidades. Entre tanto, el sonido del V6, afinado para deleitarnos con una suave pero aguda melodía, nos invita a pisar aún más el acelerador.

Prueba Lexus LC 500

La pista tiene algún que otro río, y la zaga comienza a insinuarse. Pero lo hace de forma gentil. Pregunta si puede adelantarte, y con un ligero contravolante le respondemos: “No, todavía no. Gracias”. No hay un solo ápice de brusquedad, a pesar de que llevamos activado el modo más deportivo.

Ni la dirección gira de más, ni el motor responde de forma más viva de lo deseable, ni la suspensión deja de cuidarnos en todo momento. Lexus ha trabajado en la rigidez estructural, elevándola, de forma que la suspensión realiza su trabajo de forma más natural y no es necesario ajustar una dureza ilógica. Aquí demuestra claramente su alma de GT.

Me bajo de ese discreto (dentro de lo que cabe) LC 500h y rápidamente subo a un LC 500 en color amarillo. Es magnífica combinación esconde bajo el capó un bloque V8 atmosférico con ganas de fiesta arriba capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 4,4 segundos. Y no seré yo quien se la niegue.

 

Prueba Lexus LC 500

El sonido desde el primer instante ya trata de enamorarnos, y lo consigue definitivamente cuando superamos el umbral de las 3.500 vueltas. Completamente engatusado e imaginando su perfecto compañero de garaje, mi garaje, vuelvo a la realidad con el primer latigazo. La pista, algo más seca, me invita a no tomarme demasiadas confianzas aún. Nos estamos conociendo y es de segundas citas.

Curiosamente el LC 500 es menos nervioso de atrás que el híbrido, puede que por la entrega de potencia instantánea del motor eléctrico asociado. En todo caso, sigue siendo igual de dócil, incluso más juguetón, puesto que el flirteo se ejecuta a unas 7.000 revoluciones. El V8 se encuentra a gusto arriba, y se deja notar.

Lexus LC 500: ¿y el cambio MultiStage?Prueba Lexus LC 500

La diferencia más significativa entre ambos es, sin embargo, el cambio automático. Desde un principio he comentado que el híbrido trataba de asemejarse a su hermano mayor, y la caja también. El convertidor de par del V8 funciona de forma suave e imperceptible en modo normal, tornándose más ágil y brusco en modo deportivo. Las reducciones, déjame decirte, son absolutamente orgásmicas.

En el híbrido el cambio MultiStage es revolucionario. Combina el clásico convertidor de par, con cuatro marchas, con el variador continuo. Mediante electrónica emula hasta 10 velocidades. En uso real jamás he probado un cambio por variador que simule tan bien las marchas, aunque su arquitectura queda más al descubierto a partir de la quinta relación. En condiciones de circuito no tiene la menor importancia.

Lexus LC 500: demostración de fuerzaPrueba Lexus LC 500

Lexus ha demostrado una vez más que sabe hacer deportivos, y que no se corta a la hora de diseñarlos. Bajo un aspecto rompedor se esconde un deportivo que parte de 120.000 € en España para el LC 500h con acabado Luxury. Si nos vamos a por el V8 tendremos que “soltar” un mínimo de 140.000 €. Llega a nuestro país en el mes de junio.

Eduardo Lausin

Amante de todo lo que huela a gasolina y tenga cuatro ruedas, te contaré las últimas novedades de producto que aparezcan en el mercado. Soy seguidor de la conducción más clásica, a pesar de interesarme las tecnologías híbridas y eléctricas. Te daré buena cuenta de ello en las revistas Coches 2000, Altagama y, por supuesto, en clicacoches.com.

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