Sin nada seguro todavía, parece que la estrategia eléctrica de Audi contempla que habrá nuevas generaciones tanto de los R8 como del TT aunque, eso sí, sin motores de combustión.
El futuro de Audi es eléctrico, de eso no cabe duda. La firma de Ingostadt tiene como objetivo empezar la próxima década siendo uno de los referentes en movilidad eléctrica Premium y para ello lleva tiempo preparando una gama que, actualmente, está compuesta por casi media docena de modelos entre los que sobresale el e-tron RS GT, su modelo más potente hasta la fecha.
Y es en esta misma línea en la que la marca quiere moverse porque según declaraciones realizadas a los compañeros de Autocar, Olivier Hoffman, el jefe de desarrollo técnico de Audi, reveló que sus futuros deportivos y superdeportivos eléctricos se fabricarán sobre una plataforma construida expresamente para ellos. De momento la estrategia cero emisiones dela firma alemana se mueve en torno a las bases MEB, pensada para los modelos más económicos como el Q4 e-tron, la MLB Evo para los de gran tamaño, como el caso del Q8 e-tron, J1 que da vida al comentado e-tron GT (construida conjuntamente con Porsche) y la inminente PPE (Premium Platform Electric) sobre la que se desarrollará tanto el Q6 e-tron o el A6 e-tron Sportback, entre otros.
Manos a la obra
Pero según Hoffman, la nueva arquitectura, que por cierto no supondrá un desembolso extra para la marca pues reunirá elementos de las otras bases escalables, estará pensada para aquellos “coches icónicos, deportivos, etc.”. Como es lógico, no indagó demasiado en los detalles de esta nueva y misteriosa plataforma pero no es descabellado pensar que pueda ser la que dé vida a las próximas generaciones de los R8 y TT ya que el propio jefe de desarrollo técnico aseguro que su “trabajo ha comenzado”.
Otra corriente apunta a que esta dupla tendría ya marcado el camino, con la salvedad de saber si mantendrán sus nombres actuales porque en el caso del R8 parece que ha tomado el nombre actual de Rnext y que podría emplear la arquitectura SSP del Grupo Volkswagen, capaz de soportar potencias hasta de 1.700 CV. En cuanto al TT todo podría apuntar a que emplearía la misma base de los futuros Porsche 718, cuya vida será 100% eléctrica a partir de la próxima generación.
Dicho esto, lo que parece evidente es que pese a compartir elementos, cada fabricante perteneciente al Grupo Volkswagen tendrá mucha libertad para infundir sus propias características y el reemplazo del R8 seguirá siendo parcialmente construido a mano para ayudarlo a destacarse y justificar su precio. Del mismo modo y hasta que llegue la próxima década, Audi no ha cerrado todavía la puerta a los motores de combustión y tiene ya lista la nueva hornada de deportivos que llegará antes del 2026 y que en sus propias serán los mejores realizados hasta la fecha.
