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Macrooperación policial: más de 100 detenidos por manipular cuentakilómetros

Macrooperación policial: más de 100 detenidos por manipular cuentakilómetros

Macrooperación policial: más de 100 detenidos por manipular cuentakilómetros

Más de un centenar de detenidos y unos miles de coches afectados, ese es el balance que la Guardia Civil ha hecho de la Operación Countdown (“cuenta atrás”). La investigación, que comenzó en Zaragoza en 2014, todavía está en proceso de investigación. Y es que, aunque se ha detenido a 103 personas, 85 más están bajo sospecha ahora mismo. Todos ellos han sido acusados de un delito de presunta estafa y de falsedad documental; este último, por las facturas emitidas y los libros de datos en el taller.

Todo comenzó en la ciudad del Ebro hace cuatro años. La Guardia Civil siguió varias pesquisas -entre ellas, la de un particular que nota algo raro en su vehículo adquirido de segunda mano- que les llevaron a descubrir una red de modificación de cuentakilómetros en coches de segunda mano. Tras las pistas, llegaron al taller en el que se cometía el fraude.

Una estafa de más de 100.000 km

cuentakilómetros

Tal y como apuntan fuentes policiales, la banda actuaba en un local industrial de Zaragoza. Allí se rebajaba el cuentakilómetros de los vehículos. De media, esta oscilaba entre 80.000 y 100.000 kilómetros menos; aunque hay datos de vehículos a los que se han quitado hasta 610.000 kilómetros. Así, los coches de segunda mano se vendían como menos usados de lo que en realidad estaban, incrementando su precio. Luego se ponían a la venta en concesionarios de coches de ocasión de las provincias de Huesca, Zaragoza, Teruel, Soria y Logroño.

En total, la Guardia Civil sospecha que más de mil vehículos podrían haber sufrido estas modificaciones ilegales. Los coches sometidos a esta rebaja del cuentakilómetros no tienen un patrón común. De hecho, entre los afectados se encontrarían vehículos de alta gama importados desde países como Rumanía, Reino Unido, Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Italia, República Checa e Israel. Las mismas fuentes apuntan a que la estafa podría rondar los cuatro millones de euros.