Nuevo Mercedes-Benz GLE

En un segmento dominado con mano de hierro por BMW, el fabricante de la estrella pone en liza el nuevo Mercedes-Benz GLE un aspirante al título de imponente aspecto, cuajado de tecnología de vanguardia.

Inmerso en la renovación completa de la gama “SUV” (Sport Utility Vehicle), el nuevo Mercedes-Benz GLE, sustituto del ML, y el insólito GLE Coupé, rival natural del BMW X6 son la apuesta del fabricante de la estrella para la categoría. Una renovación que afecta a la estética, gama de motores, equipamiento y dotación tecnológica de un todoterreno que sigue ofreciendo, de manera opcional, una reductora para aquellos clientes que necesiten explorar la vertiente más campera del vehículo.

Aire de familia
En el plano estético, el nuevo frontal, con una parrilla rediseñada, más compacta y elegante, junto a unos grupos ópticos que pueden incorporar tecnología de tipo LED para todas las funciones, dotan al GLE y al GLE Coupé de un nuevo aspecto y de una identidad parecida a las últimas creaciones del fabricante de Sttutgart. Sin embargo, en la zaga no se aprecian grandes cambios respecto al ML de 2012. El tamaño del portón y el diseño de los pilotos guardan bastante parecido. Así las cosas, el mayor cambio lo aporta la carrocería cupé, con una caída fluida del techo, materializado en un enorme portón que integra un disimulado alerón. Sin duda, el GLE Coupé representa la apuesta deportiva de la gama y dota de un plus de dinamismo a un vehículo tan voluminoso. En lo que respecta a las dimensiones, el fabricante alemán anuncia una longitud de la carrocería, en el caso del GLE, de 4,82 metros, por 1,94 de anchura y 1,84 de altura. Unas medidas que crecen en el Coupé hasta los 4,90 de largo, por 2,00 de ancho, mientras que la altura se reduce hasta los 1,73. Unas cifras rematadas por la capacidad del maletero, que oscila entre los 650 litros del GLE Coupé y los 690 del GLE.

Mecánicas afinadas
Me refiero a la oferta de propulsores disponible, con dos opciones de gasolina, una híbrida más otras dos turbodiésel. Las de gasolina se denominan GLE 400 4MATIC, con motor V6 biturbo de 333 CV, y GLE 500 4MATIC, con un V8 biturbo de 435 CV. Ambos equipan, de serie, un sistema de tracción total y una transmisión automática, con convertidor de par “7G-TRONIC” de siete velocidades. El representante híbrido, GLE 500 e 4MATIC, adopta el bloque de gasolina V6 biturbo de 333 CV, combinado con un motor eléctrico que, en conjunto, desarrolla 442 CV. De fábrica, incluye tracción integral y la caja 7G-TRONIC, aunque con una gestión específica para el modo 100 por cien eléctrico. Por último, las dos versiones de ciclo diésel disponibles son el GLE 250 d 4MATIC y el 350 d 4MATIC; el primero es un bloque turbodiésel tetracilíndrico con 2,2 litros de cilindrada y 204 CV. El segundo es un 3.0 V6 con un turbocompresor y 258 CV. Además, la caja de cambios es automática con convertidor de par “9G-TRONIC”, de nueve relaciones. En el caso del Coupé, la oferta se reduce, en gasolina, al 400 4MATIC Coupé, con 333 CV, y al 450 AMG 4MATIC Coupé, con una mecánica V6 biturbo de 367 CV; el único representante turbodiésel es el 350 d 4MATIC Coupé, con 258 CV.

Fuera de categoría
Bajo la tutela de AMG, la división deportiva de Mercedes-Benz, el todocamino alemán alcanza unas cotas impensables para un vehículo de estas características. Con la denominación de Mercedes-AMG GLE 63 4MATIC, la mecánica de gasolina V8 biturbo exhibe una potencia de 557 CV. Está asociado a una transmisión automática con convertidor de par “AMG SPEEDSHIFT PLUS 7G-TRONIC”, de siete relaciones, encargada de gestionar la avalancha de fuerza del motor. Por encima, se posiciona el GLE 63 S 4MATIC, con el mismo propulsor y la transmisión automática, pero potenciado hasta los 585 CV.

“El sucesor del ML presenta una estética moderna y una conducción más ágil y dinámica”

Plenitud de facultades
Durante la primera toma de contacto, en tierras austriacas, los dos modelos de la estrella demostraron una solvencia dinámica admirable. El primer día, pudimos conducir diferentes motorizaciones del GLE Coupé. La estabilidad y capacidad de tracción son sorprendentes y las versiones más potentes disfrutan de un aplomo ejemplar. Gracias al control dinámico de la conducción “DYNAMIC SELECT”, de serie, el conductor puede disfrutar de cuatro modos predeterminados: “INDIVIDUAL”, “CONFORT”, “PISO RESBALADIZO” y “SPORT”. En opción se puede incluir un quinto denominado “SPORT+” siempre que equipemos las suspensión adaptativa “AIRMATIC ADS”. Gracias a este dispositivo, el GLE Coupé es capaz de enfrentarse a cualquier escenario y salir airoso sin demasiados esfuerzos.
El segundo día, pudimos constatar las capacidades en el campo del GLE. En este caso, el DYNAMIC SELECT incluye un programa extra, denominado “OFFROAD” junto con la suspensión adaptativa. Si, además, equipamos el paquete técnico opcional “Offroad”, las capacidades de afrontar terrenos rotos o fuertes pendientes, ya sea en subida o en bajada, dotan al modelo alemán de unas capacidades asombrosas. Tuvimos la oportunidad de ponerlo a prueba en una gravera acondicionada para tal fin y solo le diré que descendimos, con total seguridad, por pendientes de hasta el 48 por ciento de desnivel.

Por otra parte, merece una mención destacada el amplio listado de tecnología y de sistemas de ayuda a la conducción que implementa el GLE. Por citar solo algunos ejemplos, llama la atención el correcto funcionamiento del control de velocidad de crucero adaptativo “Stop&Go Pilot”, la dirección activa deportiva, el sistema de estabilizadoras activas “ACTIVE CURVE SYSTEM” o el tren de rodaje deportivo “AGILITY CONTROL”, de serie, según versiones. En definitiva, un vehículo a la altura de las expectativas, capaz de competir de tú a tú con la competencia recién renovada. Una gama de producto que arranca en los 60.125 € del GLE 250 d 4MATIC, mientras que en el caso del GLE Coupé asciende hasta los 78.700. Una nueva inquietud para BMW y Audi, te lo aseguro.