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BMW 840d xDrive Coupé a prueba: en la cima

Prueba BMW 840d

El BMW 840d se sitúa como el primer representante de la esperada Serie 8 de BMW. Aquí nuestras impresiones.

Sobre su predecesora, el BMW Serie 6, protagoniza un cualitativo y ambicioso salto que lo encarama al top del concepto gran turismo. En la versión diésel probada de este BMW Serie 8 no tiene rival, así de claro.

Siempre estamos en lo mismo: parece como si no hubiese vida más allá de los SUV, pero vaya si la hay. De acuerdo, hasta BMW se afana en el formato de moda: hace meses lanzaba el último BMW X3 seguido del BMW X4, ahora del nuevo BMW X5 y, en breve, del inédito BMW X7. Pero la firma muniquesea no se duerme en los laureles.

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Y, mientras ultima preparativos para el desembarco comercial del nuevo BMW Serie 3, acaba de dar el pistoletazo de salida a este BMW Serie 8, punta de lanza que en los próximos meses dará paso a un descapotable y a un Gran Coupé de cuatro puertas y otras tantas plazas.

Ambicioso

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El recién llegado no es sino el relevo de la anterior BMW Serie 6, aunque desde un enfoque sensiblemente más ambicioso. Ahora como nunca, y según mecánicas, la gama se enfoca al cliente que fija preferencias como los Aston Martin DB11, Lexus LC, Porsche 911 y Maserati GranTurismo. Para hacerse a la idea, ‘en cocina’ hay un BMW M8 con nuevo propulsor V8 turbo de 600 CV largos…

Por otra parte, Audi no cuenta en este momento con un rival directo, y Mercedes-Benz o se va por arriba, con el más pesado y turístico Mercedes-Benz Clase S Coupé, o se queda en un peldaño inferior, con el Mercedes-Benz Clase E Coupé. Es más, si nos ceñimos a nuestro protagonista, con motor diésel, no hay casi rival, salvo que valoremos la declinación híbrida 500h gasolina/electricidad del citado LC.

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Sin duda, el Serie 8 es realmente llamativo, entre otros por su proximidad a los cinco metros de longitud (ojo, casi dos de ancho y solo 1,34 metros de alto), su poderosa estampa (en las imágenes, sobre llantas opcionales de 20 pulgadas) y soluciones como los faros de serie más estrechos en la centenaria trayectoria de la marca (con láser para largas en los extras).

Estilo que impresiona

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Se trata de un cupé puro y duro, con sus dos puertas correspondientes, cobija un pequeño habitáculo de configuración 2+2, con dos amplias butacas delanteras, próximas al suelo, y dos mini asientos traseros casi inservibles, hasta para niños.

A su vez, el maletero da algo más de 400 litros, una capacidad correcta para una pareja (ampliable al abatir los respaldos traseros en secciones simétricas), aunque condicionada por lo angosto de la boca de carga.

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Ni que decir tiene, la terminación es impecable, por mucho que el aspecto general del puesto de mando, con la totalidad de la instrumentación digital, un curioso y minúsculo climatizador o una presidencial pantalla multimedia que integra mando gestual y navegación en tiempo real, se parezca mucho al de otros BMW, en concreto al del nuevo BMW X5.

Sobre raíles

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Si desde fuera deslumbra, al volante impacta. Y lo hace por un motivo claro: la facilidad de conducción, hasta para ir realmente rápido, que exhibe un coche con su par (casi 700 Nm desde muy bajo régimen) y potencia.

De entrada, a una equilibrada masa suspendida (50 por ciento por eje) añade suspensión adaptativa M y, también de serie, tracción integral xDrive (reparte de forma variable la fuerza, si bien con buen grip manda toda la disponible al eje posterior) y hasta dirección trasera. A esta, en los primeros compases, hay que acostumbrarse porque camufla tanto la longitud del vehículo que cierra los giros sobremanera (ojo a las rotondas…).

Prueba BMW 840d

En su caso, vira muy plano, el agarre es proverbial, los frenos inmediatos (el primer tramo del recorrido de pedal es mínimo, casi de eléctrico) y, lo dicho, la dirección, con solo dos vueltas de volante entre topes, súper directa. Y es cómodo hasta sobre suelos descarnados. Una maravilla: se lleva de cine con un dedo desde el minuto uno.

¿Ganas de pisarle?

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Para ir rápido, el pack opcional M Technic agrega diferencial de deslizamiento limitado trasero, que deriva empuje a la rueda en mejor situación. En resumen, el 840d xDrive Coupé es más un automóvil de crucero rápido que un modelo ratonero para enlazar curvas. Y no por agilidad, como digo, sino por concepto con esta mecánica.

De este modo, el modernizado turbodiésel de 3,0 litros y 6 cilindros en línea, colocado a lo largo del vano delantero del BMW 840d, es común a otros modelos de la casa germana. Empuja de forma sedosa pero decidida, que no deportiva. No hay que perder de vista que, más allá de los valores que declara, y del buen hacer del cambio automático Steptronic de ocho relaciones (mediante convertidor de par y levas de volante), son casi dos toneladas en orden de marcha con conductor a bordo.

Prueba BMW 840d

Una tara considerable que termina convirtiendo a nuestro BMW 840d más en un gran turismo amigo de amplios espacios tipo autopista (a elevados ritmos de crucero), que en un radical cupé de circuito como, dentro de la casa, encarna el BMW M4. No obstante, no hay que desesperar: para aquellos que busquen sensaciones trepidantes siempre queda el BMW M850i xDrive Coupé, con sus 530 CV, y sobre todo el antes comentado M8 Coupé, que, por cierto, no llevará el motor del actual BMW M5, sino otro de desarrollo exclusivo.

Sin parangón

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Así mismo, una mecánica de gasóleo quizá descontextualizada en los demonizados tiempos que vivimos con el diésel (más aún en un producto de capricho como este) y que, sin embargo, devuelve agrado por funcionamiento, suavidad, sonoridad (en particular, con el modo de conducción Sport activado, que aviva la respuesta de motor, suspensión, cambio, dirección…) y, sobre todo, consumo.

Al respecto, moverse en un coche así de forma realmente desenfadada (sin ir a punta de gas, vaya) con promedios reales en la barrera de los 8,5 l/100 km es algo más que satisfactorio. Tanto que un handicap como a priori sería un depósito de apenas 68 litros pasa a un segundo plano porque, si nos lo proponemos, podemos completar autonomías cercanas al millar de kilómetros.

Esperando rival

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Por último, hay otro punto a tomar en consideración: como tal carece de rivales en su categoría, salvo que valoremos alternativas un punto por detrás como el E Coupé de Mercedes-Benz (que no tardará en añadir a la gama un 350 d con la potencia de este BMW) o saltemos de concepto al antes enumerado Lexus LC 500h.

Por último, el equipamiento de serie de este BMW 840d es satisfactorio. Y se puede ampliar hasta el infinito. Al menos, sus casi 113.000 euros dan paso a un súper cupé tapizado en cuero, con faros direccionales LED, acceso tipo keyless, una correcta dotación de seguridad activa y pasiva… Para sibaritas quedan otros. Por ejemplo, el techo de nuestra unidad, de CFRP (plástico reforzado con carbono), junto a las coquillas de retrovisor y las branquias laterales: reduce peso y baja el centro de gravedad.

Fotos: Paloma Soria

Ficha Técnica BMW 480d xDrive Coupé

Prueba BMW 840d

TIPO DE MOTOR

Diésel, 6 cilindros en línea, sobrealimentado

CILINDRADA

2.993 cm3

POTENCIA

320 CV a 4.400 rpm

PAR MÁXIMO

680 Nm entre 1.750 y 2.250 rpm

V. MÁXIMA

250 km/h

ACELERACIÓN

4,9 s (0 a 100 km/h)

CONSUMO

6,2 l/100 km (mixto)

MEDIDAS

4.843 / 1.902 / 1.341 mm

NEUMÁTICOS

245/40 R19 (del.) 275/35 R19 (det.)

PESO EN VACÍO

1.905 kg

MALETERO

420 l

PRECIO

112.600 €

GAMA DESDE

112.600 €

CUOTA RENTING

2.443,14 €/mes

LANZAMIENTO

Noviembre de 2018

Equipamiento BMW 480d xDrive Coupé

Prueba BMW 840d

De serie:  Acceso confort; alerta tráfico trasero; Automatic Hold Function; ATTENTION ASSIST; faros adaptativos LED con sensor crepuscular y de lluvia; Head-Up display; volante multifunción con levas; llamada de emergencia inteligente y TeleServices; luces de freno dinámicas; BMW Driving Experience Control; protección activa de pasajeros; asientos delanteros motorizados y calefactados; reconocimiento señales de tráfico; climatizador bizona; instrumentación Live Cockpit Professional; suspensión adaptativa M; retrovisor interior fotocromático y exteriores térmicos; respaldos abatibles 50:50; audio con navegador y disco 20Gb; escape deportivo; alarma y tapizado en cuero.

Opciones: Driving Assit Professional: incluye asistente de cambio de carril automático, de guiado de carril y de dirección en atascos, mantenimiento de carril y parada de emergencia (3.753 euros); BMW Night Vision con reconocimiento de peatones (2.707 euros); radio digital DAB (517 euros); audio Surround Harman/Kardon (1.464 euros); audio envolvente Bowers & Wilkins Diamond (6.953 euros); llantas 20’’ (desde 1.600 euros); neumáticos deportivos (775 euros); y pack M Technic: incluye diferencial y frenos M, cinturones de seguridad M, pinzas de freno azules, Shadow Line, spoiler trasero y llantas 20’’ (11.137 euros).

Prueba BMW 840d

Eduardo Cano

Periodista de formación, estoy especializado y soy un gran aficionado al área de motor, para el que llevo trabajando desde hace casi 20 años. Elaboro reportajes, pruebas y actualidad de producto automovilístico, de motos… En mi nueva etapa dirijo Altagama Motor.

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