Probamos el Honda Jazz, todo un rebelde con causa

Texto: Gregorio Arroyo/ Fotos: Paloma Soria

En su última puesta al día, el Honda Jazz sorprendió a todos. Con la incorporación de un propulsor de gasolina de 130 CV se sitúa en un escenario sin apenas competencia, ya que se trata de un monovolumen de corte urbano, ahora con alma y un ‘look’ mucho más deportivos. Este modelo siempre ha disfrutado de una gran habitabilidad y un agradable tacto general. Esos mismos atributos se mantienen tal cual, pero además ofrece la posibilidad de pasar un buen rato al volante, y eso siempre es de agradecer.

El culpable es el propulsor 1.5 i-VTEC, un viejo conocido de la casa que le llega desde el HR-V . Para ‘ambientar’ el conjunto solo se asocia al acabado Dynamic, que lo remata con un aire más ‘racing’ y agresivo. Esta mecánica apuesta por la larga tradición en Honda de motores con inyección directa y admisión variable que renuncian a la sobrealimentación. Y esta naturaleza atmosférica marca su personalidad, ya que ofrece ‘todo’ en la zona alta del cuentarrevoluciones, y se pone un tanto de perfil cuando tiene que trabajar a bajo régimen. No es que sea un torpe en este sentido, ojo, pero le cuesta más de la cuenta y su modesto par máximo tampoco ayuda.

Una apuesta atractiva

Con el fin de mantener un fuerte ritmo cardíaco asocia un cambio manual de seis relaciones, con desarrollos cortos que evitan caídas del régimen que luego costaría recuperar. Entre 4.500 y 6.600 rpm se siente como pez en el agua (sube a 7.000); por lo tanto, si queremos disfrutar de un talante deportivo no tendremos más remedio que trabajar con el cambio. ¿Trabajar he dicho? El cambio de esta versión es, sencillamente una gozada, por su precisión y por los cortos movimientos de la palanca.

Ya quisieran muchos GTI tener ese tacto que invita a moverla continuamente, si me apuran hasta en parado porque es un vicio. De hecho, soy un defensor de las transmisiones automáticas, pero en este caso sería una herejía cambiarlo por el CVT, dicho de paso, no demasiado atractivo. El único problema de tener que girar alegre de vueltas es la elevada sonoridad que mana bajo el capó. Nada preocupantes en un uso diario, pero sí que puede resultar algo molesto a velocidades de crucero en autopista porque los decibelios se dejan sentir dentro.

El otro punto que se ve afectado es el consumo. Si nos tomamos las cosas con calma, y obedecemos las indicaciones de colores del económetro en el cuadro de mandos, será económico, pero como buen i-VTEC, si forzamos se dispara más de la cuenta. En cualquier caso, durante la prueba ha firmado 6,5 litros de media. Nos ha gustado la dinámica de nuestro protagonista. La dirección es directa y comunicativa, y el chasis está bien asentado gracias a una suspensión firme. Quizás más de lo que corresponde a un monovolumen urbano, pero recordad que se trata de un Jazz GT y siempre se agradece que la carrocería no balanceé de más. Por cierto, frena bien y estable.

Muy habitable

Como hemos visto esta versión presume de un talante deportivo más marcado, pero sería absurdo que cediera puntos en otros aspectos en los que el Jazz siempre ha brillado, como su excelente habitabilidad. No es fácil ofrecer en un modelo de 4,05 metros de longitud un interior tan holgado, sobre todo en las plazas traseras, donde sorprende el espacio para las piernas.

No hay regulación longitudinal, pero las banquetas posteriores se pliegan hacia arriba (como en los antiguos cines) para poder ubicar objetos altos que no entrarían en un maletero que se defiende de miedo con sus 354 litros de capacidad.

Nos quedaría por analizar el equipamiento, avanzado a nivel de asistentes de seguridad y generoso en cuanto a elementos incorporados de serie. El problema es que no hay cabida para más porque la dotación está cerrada y solo podremos optar a la pintura metalizada. Por eso, el precio de esta versión, la más rebelde, quizás se dispare un tanto…

Ficha técnica del Honda Jazz 1.5 i-VTEC Dynamic Navi

Equipamiento del Honda Jazz 1.5 i-VTEC Dynamic Navi

De serie: frenada de emergencia automática en ciudad; asistente de arranque en pendientes; aviso de colisión frontal; reconocimiento de señales de tráfico; alerta por cambio de carril; control de crucero con limitador de velocidad inteligente; start/stop; faros LED y luces antiniebla; Honda Connect Navi con pantalla táctil de 7 pulgadas, CD, navegador integrado, internet y antena tipo aleta de tiburón; Bluetooth; Radio digital DAB; sensores de aparcamiento delanteros y traseros; sensores de luces y lluvia; climatizador; asientos delanteros térmicos; asientos trase- ros Magic Seat; llantas de aleación de  16 pulgadas; volante multifunción; cuatro elevalunas eléctricos.

Opcional: pintura metalizada (450 €).