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Las pruebas de homologación de emisiones se endurecerán en septiembre

La Unión Europea se pone dura con las emisiones de los coches nuevos

 

A partir del mes que viene, los nuevos coches que se matriculen en la Unión Europea tendrán que pasar unas pruebas de homologación de consumos y emisiones más exigentes que las que se llevaban a cabo hasta la fecha. Se trata de una norma que viene de la Unión Europea después de que los grupos más ecologistas del Parlamento Europeo denunciaran las diferencias entre los resultados obtenidos en el laboratorio y los obtenidos en las pruebas de conducción real.

De momento, solo se exigirá a los modelos nuevos, pero a partir del 1 de septiembre de 2018, un año más tarde de que haya entrado en vigor la medida todos los vehículos matriculados tendrán que superar las pruebas. La diferencia de datos entre las pruebas de laboratorio y las de conducción real no puede superar el 110 %. Desde el 1 de enero de 2020 se endurecerán aún más, ya que la diferencia de datos solo podrá ser de un máximo del 50 %.

¿Cómo serán los tests?

Hasta que entre en vigor el nuevo sistema de  pruebas, solo se empleaba el ciclo NEDC (New European Driving Circle), para el que solo era necesario realizar las comprobaciones en el laboratorio a la hora de homologar el vehículo. A partir del 1 de septiembre, se basarán en el ciclo WLTP (Worldwide harmonized Light vehicles Test Procedures), que compara los resultados obtenidos en las pruebas estáticas de laboratorio con el comportamiento del coche cuando recorre distancias más largas.

Aunque estas nuevas pruebas también se lleven a cabo dentro de un laboratorio, simularán situaciones reales de conducción. Emularán que recorren distancias más largas en diferentes tipos de carreteras y también por tráfico urbano y a diferentes velocidades. También tendrán en cuenta los diferentes equipamientos de cada unidad que pueden hacer variar el consumo del vehículo.

Esta nueva forma de homologar a los vehículos provoca que menos vehículos puedan acceder a las bonificaciones de los impuestos que se basan en el nivel de emisiones, ya que en las pruebas de conducción real las emisiones que se registran son mayores. Así, algunos vehículos que estaban exentos de pagar algunos impuestos por sus bajas emisiones ahora igual tendrían que empezar a pagarlos.