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No solo velocidad, esto es lo que controlan los radares de la DGT

La tecnología que incorporan los radares les ha llevado a controlar diversos parámetros además de la velocidad.

Es un comportamiento más extendido de lo que nos pensamos: circulamos por la carretera, vemos una caja en un lateral o una cámara tras un arco informativo y frenamos para bajar nuestra velocidad aunque estemos viajando dentro de los límites de la vía. Todos pensamos: “Por si acaso”. Sin embargo, la velocidad no es lo único que debería preocuparnos al superar un radar. Estos son capaces de detectar un sinfín de irregularidades en nuestro coche o nuestro comportamiento al volante.

Y es que, aunque el uso tradicional de los radares ha sido el de controlar la velocidad de los vehículos que circulaban, la tecnología inteligente ya está aquí para controlar muchos más parámetros de los vehículos. Ahora pueden controlar más de un carril, ambos sentidos de la carretera, si hemos pasado la ITV, si circulamos sin seguro, si mantenemos la distancia de seguridad, si llevamos puesto el cinturón de seguridad o si utilizamos el teléfono móvil o algún dispositivo electrónico mientras conducimos.

Radares inteligentes

Hace unos años que convive con nosotros y es uno de los radares más efectivos que podemos encontrar. El radar Pegasus no es infalible pero sí que tiene un alto índice de multas por tiempo de funcionamiento.

Estos sobrevuelan nuestras carreteras detectando los vehículos que circulan por encima de los límites establecidos y lo pueden hacer a entre 300 y 500 metros de altura y a una distancia de entre 500 y 1,2 km de distancia dependiendo de las condiciones climatológicas.

Pero no solo esto, también detectan conducciones agresivas, si se respeta la distancia de seguridad, si se utiliza el teléfono móvil, si se lleva abrochado el cinturón de seguridad y si supera los límites de su carril. Además, pueden comprobar comportamientos incorrectos como viajar con los pies sobre el salpicadero o si se bebe o come mientras se conduce.

Radar indetectable

Presente en nuestras carreteras desde hace dos años, el Velolaser es un potentado de la industria de los radares. Prácticamente indetectable por su tamaño y porque no necesita una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico cerca pues las sanciones las transmite directamente a la central de Tráfico gracias a la tecnología 4G.

Este se puede colocar sobre un trípode, en el lateral de un vehículo o sobre alguna de las estructuras de la propia carretera (ojo con este último punto porque ha habido denuncias de que este uso podría no estar homologado lo que invalidaría la sanción). El Velolaser detecta varios carriles, los dos sentidos de la calzada y velocidades de hasta 250 km/h.

También hay que tener en cuenta que la DGT cuenta con hasta 216 cámaras de vigilancia que controlan exclusivamente el uso del cinturón de seguridad y del móvil mientras que hay hasta once drones que si bien no controlan la velocidad sí que comprueban el buen comportamiento de los conductores y los vehículos. Aquí es donde podrían multar por un comportamiento agresivo, mala disposición al volante o comportamientos inapropiados dentro del vehículo, no hacer caso de las señales de tráfico o utilizar dispositivos móviles.

Lo que está por llegar

No es un secreto y ya se le ha visto en varios puntos de la geografía española haciendo pruebas. El Trucam-II es el último radar que llegará a la DGT y que es capaz de multar vehículos a más de un kilómetro de distancia, en ambos sentidos de circulación y con velocidades de hasta 320 km/h. Además, solo necesita 0,3 segundos para detectar un vehículo, fotografiarlo y enviar la notificación de la sanción.

En este caso, también podrá controlar conducciones agresivas, el uso del teléfono móvil y el cinturón de seguridad y si circula según lo establecido por las señales viales de la zona (cumplimiento de ceda el paso, adelantamientos en zona permitidas o circulación en carriles prohibidos).

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