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¿Qué sucede si me niego a pasar un control de alcoholemia?

Muchos creen que si no se someten al control de alcoholemia pueden escapar de la posible multa.

Es verano, época de vacaciones y quedadas con amigos y familiares. Y, por manidas que sean las recomendaciones de separar volante y alcohol, no es raro encontrar a conductores que, en un exceso de confianza, se creen en buen estado para coger su vehículo. Pero también es época en la que se multiplican los controles de alcoholemia en nuestras carreteras por lo que ahí podrían llegar las dudas para muchos: si me niego a hacer la prueba, ¿qué sucedería?

En primer lugar hay que ser conscientes de que estamos obligados a realizar un control de alcohol (o de drogas) en caso de que un agente lo requiera. Si nos negamos, estaríamos incurriendo en una falta del artículo 383 del Código Penal algo castigado con penas de prisión de entre seis meses y un año así como la pérdida del carné de conducir entre uno y cuatro años. La negativa podría salir muy cara.

Lo que muchos obvian en estos casos es que los ciclistas y peatones también podrían estar obligados a pasar este control de alcoholemia (y de drogas si fuera necesario) en caso de verse implicados en un accidente.

¿Cómo se realiza una prueba de alcoholemia?

En el mismo lugar en el que se detecte al vehículo un agente le solicitará al implicado que sople en un aparato llamado alcoholímetro. Si da positivo tendrá que realizar un segundo test diez minutos después para refrendar ese positivo. En caso de que sea positivo, será multado según el nivel de alcohol que haya dado.

Si el implicado no está de acuerdo con los resultados tendrá derecho a solicitar una nueva prueba, en este caso de sangre en un laboratorio de hospital. Aunque son pocos los casos, hay veces que estos test contradicen a los resultados dados por el alcoholímetro. Eso sí, si el resultado de la prueba de sangre confirma lo visto en el control de carretera, el implicado tendrá que cargar con las costas de este análisis así como con la multa que le corresponda por superar los límites de alcohol.

Cabe recordar aquí que se puede beber alcohol antes de ponerse al volante, aunque en cantidades muy moderadas y no es nada recomendable pues el alcohol retrasa la percepción de los peligros y nuestras respuestas. A partir de 0,25 mg por litro de aire o 0,5 g por litro de sangre (0,15 y 0,3 respetivamente en profesionales y conductores nóveles) la multas serán de 500 euros y 4 puntos de carné. Si se superan los 50 mg/l de aire espirado o 1g. por litro de sangre la multa ascenderá a 1.000 euros y 6 puntos de carné. Finalmente, si supera los 0,6 mg/l de aire o los 1,2 g/l de sangre es considerado delito lo que conlleva posible pena de cárcel y retirada del carné de conducir.

Trucos que no funcionan

Son muchos los trucos que pululan por la red para lograr engañar al alcoholímetro, alguno te lo habrá dicho un amigo y te habrá asegurado que alguien que conoce le funcionó. Es un error. Son todos falsos. No funciona ninguno.

Entre los ‘trucos’ más extendidos para engañar al alcoholímetro podemos encontrar:

  • Hacer ejercicio: Muchos creen que si se ponen a correr, hacer flexiones o sentadillas van a sudar el alcohol. Nada de eso va a suceder. Al contrario, podría darte una lipotimia si vienes de varias horas de fiesta pues el cuerpo va a intentar aprovechar los nutrientes que tengas en el estómago y ahí podría encontrar solo las bebidas alcohólicas que hayamos ingerido.
  • Beber agua: no vas a lograr nada, en todo caso al hidratarte. Lo que sí vas a lograr va a ser que circule mejor la sangre por tu cuerpo y, por ende, el alcohol. Tampoco va a servir de mucho que bebas café. Te despejará, eso sí, pero no eliminará el alcohol de tu cuerpo.
  • Comer chicles: lograrás un buen aliento, algo que a la máquina le va a dar igual, porque el aire que echarás en el alcoholímetro llega de los pulmones no el acumulado en la boca. Además, el sabor no va a acabar con el alcohol por mucho que te pique en la boca la menta o la clorofila.
  • Soplar flojo: Muchos piensan que soplando poco aire se puede engañar a la máquina. Error. El alcoholímetro está fabricado para trabajar con una corriente de aire y un tiempo determinado, en caso de que el implicado no lo haga como corresponde, la máquina lo advertirá y el agente solicitará repetir la prueba.
  • Dejar de beber un par de horas antes de conducir: otro enorme error pues el alcohol tarda en hacer efecto unas dos horas, por lo que si esperas ese tiempo, lo único que vas a conseguir es que el nivel de alcohol en sangre esté en su punto álgido. Si quieres que el alcohol salga de tu organismo necesitas un mínimo de cinco horas de espera.
  • Dormir: tampoco va a servir de nada. Al cerrar los ojos, el organismo funciona igual que cuando los tienes abiertos. Necesita un tiempo de unas cinco horas para proceder a eliminar el alcohol de tu cuerpo.
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