Portada » Actualidad » Llegan los radares de ruido, la última manera de controlar el tráfico

Llegan los radares de ruido, la última manera de controlar el tráfico

Guardia Civil de Tráfico

Guardia Civil de Tráfico

Ginebra instalará los primeros radares de ruido para sancionar a los vehículos que más molestias generen.

Los radares son uno de los elementos más temidos de nuestras carreteras, siempre hablamos de dónde se sitúan, cómo se colocan, la velocidad a la que saltan… Su función hasta ahora era la de controlar los excesos de velocidad. Ahora, desde la Unión Europea se está comenzando a hablar de controlar también el ruido y la molestias que generan nuestros vehículos de forma más exhaustiva. Así, se han creado los radares de ruido que pronto llegarán a Ginebra (Suiza).

Es decir, que estaríamos ante la colocación de nuevos dispositivos de control pasivo que se instalarían para controlar el nivel sonoro de nuestro vehículo. El ruido es un factor que preocupa en las ciudades, diferentes estudios apuntan que afecta de forma negativa a la salud de las personas. Estos nuevos elementos tratarían de identificar los vehículos más ruidosos para que pudieran ser sancionados.

En fase de pruebas en otros países

margen de error radares

En Suiza comenzarán a implementarse estos dispositivos en la ciudad de Ginebra, tras un estudio en el que se advierte la exposición del 60 % de la población de esta ciudad a niveles de ruido elevados. Esta será la primera prueba real para controlar los niveles de ruido que se soporta en las ciudades.

Sin embargo, aunque este proyecto ya ha sido anunciado y ha logrado la repercusión mediática que buscaba, hay que indicar que aún está en desarrollo, tanto los radares de ruido que se encargarán de captar los sonidos de los vehículos como la propia normativa que se encargará de identificar los vehículos ruidosos y de pautar los niveles de ruido a partir de los cuáles se impondrán multas.

Existe normativa aplicable y sistema de medición

cupra ateca special edition escape

En España ya contamos con una normativa al respecto de los ruidos que generan los coches y las sanciones que conllevan su incumplimiento (concretamente la ley 37/2003 del Ruido, además de otras normativas de carácter autonómico y local). En estas se establece el máximo en 87 decibelios a los que se puede añadir 4 dB en caso de un posible desperfecto del sistema de insonorización del tubo de escape (en juego está superar o no la ITV).

Si bien es cierto que muchas patrullas tienen sonómetros (medidores de ruido) para determinar el ruido que realiza nuestro vehículo, y los llevan especialmente en las campañas de vigilancia de nuestras carreteras, estos dispositivos no forman parte de su equipamiento obligatorio que han de portar en el vehículo patrulla (así lo determina el temario de los aspirantes a miembros de la agrupación de tráfico de la Guardia Civil, dónde sí se especifican otros elementos como los alcohólimetros, el armamento que han de llevar o los terminales de comunicación…).

Los radares de ruido consistirían en unos detectores de sonido y sonómetros acompañados de una cámara para captar al infractor. Estos incorporarían un avanzado sistema de hardware y software con el que sería posible distinguir el sonido emitido por cada vehículo presente en la vía, independientemente del sentido en el que circulen. Estos radares de ruido se encargarán de comparar los niveles de cada uno y lo compararán con sus niveles de homologación para determinar si están dentro de los parámetros legales.

Hasta su puesta en marcha no sabremos si realmente son tan precisos. Tendremos que estar atentos a las próximas noticias que nos lleguen desde Suiza y los primeros resultados que se obtengan tras su implantación para conocer completamente cómo funcionan.

Será entonces cuando sepamos cuál es la determinación de las autoridades comunitarias en la lucha contra el ruido, uno de los principales problemas de nuestras ciudades, y su interés por implantar soluciones de este tipo.

Infracciones y multas en la actualidad

Guardia Civil de Tráfico

Las infracciones referentes al ruido conllevan multas y pueden acarrear en última instancia la inmovilización del vehículo. Veamos cuáles son las infracciones y las multas que conllevan cada una.

Las infracciones leves se castigan con una sanción administrativa de hasta 90 euros. Podemos incurrir en este hecho si tocamos el claxon de manera indebida, realizamos alguna aceleración sin razón aparente o hacemos uso incorrecto de una alarma. También en caso de que superemos los límites máximos de una zona concreta (hospitales, residencias, áreas residenciales) al poner la música alta superando así el límite máximo en 4 dB.

Pasarán a ser graves, por tanto sancionadas con multas de hasta 300 euros, si emitimos ruidos superiores a la normativa entre 4 y 7 dB. En esto se puede incurrir si circulamos sin silenciadores o con resonadores. También si no nos presentamos a una revisión requerida para comprobar el estado de los sistemas de escape. Por otra parte, también caeremos en una sanción grave si funciona una alarma durante más de 30 minutos de día y 3 minutos de noche.

Serán muy graves las infracciones por ruido cuando se supere en más de 7 dB el limite general (estipulado de 87 dB). Esto puede suceder por culpa de una alarma, la música alta o por incumplir los compromisos de reparación o sustitución de problemas previos referentes al silenciador o a la insonorización, o la no presentación a nuevas inspecciones de los sistemas de cancelación de ruido.

Además, el vehículo podrá ser inmovilizado si circulamos sin silenciadores, que estos sean inadecuados o si hemos instalado elementos resonadores. La reiteración en la no presentación a una inspección requerida o el impedimento a la toma de la medición también podrá acarrear la inmovilización del vehículo.