El Skoda Octavia RS 245 es la versión más deportiva de la gama Skoda Octavia. Un modelo capaz de conjugar diversión al volante y usabilidad en el día a día.
Texto: Karam el Shenawy Pérez
El circuito de Vallelunga se convierte en el escenario ideal para exprimir al máximo las cualidades dinámicas del nuevo Skoda Octavia RS 245, el Skoda Octavia más potente de la historia de la firma checa
¡Cómo ha pasado el tiempo para Skoda! En estos últimos 20 años, la firma checa se ha transformado por completo dejando de lado ese aspecto funcional y espartano que atesoraban sus modelos para convertirse en uno de los fabricantes mejor valorados de la actualidad. Un cambio que empezó hace dos décadas con el Skoda Octavia. Sí, puede que la berlina checa no fuera el primer vehículo que apareció tras la integración de la marca en el Grupo Volkswagen (ese honor recayó en el Skoda Felicia), pero sí fue la responsable de representar el salto cualitativo en el que hoy se encuentra inmersa.
Letras que, en la actualidad y tras la desaparición en el Skoda Fabia, solo porta el Octavia, el cual para compensarlo ofrece hasta tres niveles de potencia diferentes. A las clásicas diésel de 184 CV y gasolina de 220 CV, se unió hace poco más de un año otra de gasolina, pero con 230 CV, que jubilaba al 220 y pasaba a ser la más potente de la historia… hasta ahora.
Así es, porque antes incluso de la presentación de la tercera generación, la marca ya filtró que el Skoda Octavia dispondría de una variante todavía más prestacional, denominada RS 245, que estará disponible en ambas carrocerías, sedán y familiar (Combi), que nosotros acabamos de probar en profundidad por Roma, más concretamente por el mítico circuito de Vallelunga, al norte de la Ciudad Eterna.
Una versión que sube un punto el nivel frente al RS 230 (que también acaba de presentar su última actualización) y que vuelve a confiar en el contrastadísimo motor de gasolina 2.0 TSI. Un bloque que, en este Skoda Octavia RS 245, ha recibido ligeras modificaciones para elevar esa cifra de potencia hasta los 245 CV, convirtiéndole así en el Skoda Octavia más potente jamás fabricado.
Una cifra, a la que acompaña un par máximo de 370 Nm, disponible entre 1.600 y 4.300 rpm, el cual se envía directamente al eje delantero a través de una caja manual de seis velocidades o, en opción, de la nueva automática de doble embrague, DSG, de siete que además suma las levas en el volante. Fruto de estas mejoras, que a simple vista podrían parecer insignificantes, el Skoda Octavia RS 245 ofrece unas prestaciones ligeramente mejoradas. Así, cifra un paso de 0 a 100 km/h de solo 6,6 segundos -6,7 con la carrocería Combi, familiar-, logrando una punta de velocidad, autolimitada, de 250 km/h. Datos a los que también se une un consumo de combustible bastante contenido, de solo 6,4 l/100 km en las versiones manuales y de 6,6 en las automáticas.
Una vez desgranada la teoría, toca ponerse manos a la obra. Y para ello los poco más de cuatro kilómetros del trazado de Vallelunga se convierten en el escenario perfecto. Ofrece dos rectas largas, una de ellas en apoyo, y 10 giros, 7 a derechas y 3 a izquierda. Desde el primer momento, las indicaciones por parte del equipo checo son claras: “conectad el modo Sport tanto del control dinámico de la conducción como del control de estabilidad (para lo cual hace falta tener pulsado el botón unos 5 segundos). A partir de ahí, disfrutad lo máximo posible”.
Y eso es precisamente lo que hicimos. Porque el Skoda Octavia RS 245 es capaz de ofrecer todas las bondades de una berlina media de corte alto, comodidad, espacio, tecnología, maletero, diseño… y, al mismo tiempo, de mostrar su lado más salvaje al activar el comentado modo Sport. La unidad que conducíamos se asociaba al cambio DSG de siete velocidades. La aceleración es fulgurante. Sí, no llega al nivel del SEAT León CUPRA o del Volkswagen Golf R pero para tener 55 y 65 CV menos, respectivamente, el modelo checo ya ha conseguido su cometido: dibujar una sonrisa en nuestra cara.
La aguja del cuentarrevoluciones sube tan rápidamente que antes incluso de que apretemos la leva derecha, ya ha pasado a tercera para evitar una pérdida de rendimiento. Con el ‘pie a tabla’, la ligera curva en apoyo hacia la derecha tras la recta de meta pasa casi inadvertida. Llega la primera frenada y la potente mordida de los discos de freno ventilados, que Skoda ha agrandado ligeramente en esta versión hasta los 340 milímetros de diámetro en los delanteros y 310 en los traseros, nos detiene con contundencia. Con un simple toque de volante, los 4,69 metros de carrocería enfilan el vértice.
El sonido del escape retumba en el habitáculo, mucho más acusada y gratificantemente que en otros rivales de la competencia, mientras que la excelente puesta a punto del chasis ofrece una pisada contundente incluso en los cambios de trayectoria, donde no aparece signo alguno de balanceo, y la dirección, con una desmultiplicación menor a altas velocidades, se convierte en nuestro principal aliado.
Sí, puede que muchos vean insuficientes esos 15 CV adicionales, que tienen un sobrecoste de 3.150 € frente al RS 230, pero para hacerlos menos ‘dolorosos’ Skoda los acompaña de algunos detalles exclusivos y diferenciadores. En el apartado estético, aparecen detalles pintados en negro brillante como las lamas de la parrilla, la V del logo RS, las carcasas de los espejos retrovisores, las salidas de escape o las llantas de aleación, de 19 pulgadas con un diseño más llamativo.
En cuanto al equipamiento, de serie aparecen elementos como los faros delanteros con tecnología LED adaptativa, el sistema de navegación Columbus, el más alto de la gama, con pantalla táctil de 9,2 pulgadas y control gestual, o los asistentes a la conducción como las alertas de ángulo muerto, de cambio involuntario de carril, de tráfico cruzado trasero o el control de velocidad de crucero adaptativo, siguen siendo de pago.
Con todo, la oferta comercial del modelo arranca en los 35.610 € para la versión con cambio manual, mientras que el DSG asciende hasta los 37.230 €. Por su parte, la carrocería Combi parte de los 36.560 € en manual y de los 38.180 €, en automático.
