El Gobierno liderado por Pedro Sánchez no tiene claro qué hacer con el nuevo impuesto al diésel. Quiere subir los gravámenes al gasóleo para equipararlos a los que ya sostiene la gasolina. Sin embargo, duda en la manera de hacerlo y de introducirlos. Y, mientras tanto, inquieta a base de declaraciones contradictorias que solo generan intranquilidad en conductores, fabricantes de vehículos y profesionales del transporte.
El último episodio lo vivimos ayer. Pedro Sánchez, en una entrevista en la Cadena SER, aseguró que el nuevo impuesto al diésel estará incluido en la próxima propuesta de Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, apenas unas horas después, Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo, apuntó que se trataba tan solo de un globo sonda para comprobar la reacción de los implicados. Y por la noche, por si no había dudas al respecto, Maroto señaló que su ministerio apoyaba lo dicho por Sánchez; dando a entender, de nuevo, que esta subida estaría en los próximos Presupuestos Generales del Estado. Entonces, ¿habrá impuesto?
Equivalencia de gasóleo
Hoy día, gasolina y gasóleo no soportan los mismos impuestos. El primero está gravado con un 52 % de impuestos repartidos entre el impuesto especial de hidrocarburos, el impuesto especial hidrocarburos de las Comunidades Autónomas y el IVA. Y el segundo, el diésel, solo soporta un 47 % entre los mismos conceptos. Esta diferencia es la que se ha querido igualar desde hace tiempo, especialmente después de los problemas que han surgido en torno al diésel, sus efectos negativos para la salud de las personas y las intenciones de alejarlo de las ciudades.
Sin embargo, hasta el momento no se ha gestado un plan para la equiparación de estos impuestos. Tan solo se han producido una sucesión de declaraciones e intenciones que han generado más dudas que certezas. Y las consecuencias de ellos ya las podría estar pagando el sector.
Igual para todos
Uno de los primeros que alertaron sobre los efectos que tendrían esta subida de precios son los profesionales del transporte. La consecuencia de aumento de costes se traspasaría a los productos que llevan, por lo que la víctima final de esta subida sería el consumidor final al acceder a productos de primera necesidad.
Es por esto que, desde el Gobierno, han señalado que están abiertos a excluir a determinados sectores de esta crecida de manera que sería excluyente y no sería igual para todos.
¿Habrá presupuestos?
Sin embargo, todo este debate podría quedar en papel mojado pues, el Gobierno liderado por Pedro Sánchez, se podría topar con su gran problema en el Parlamento: su endeblez parlamentaria. Y es que necesita el favor de una gran mayoría de partidos para lograr que estos presupuestos salgan adelante. Y ese difícil equilibrio con el que consiguió llegar al Gobierno podría pasarle factura pues necesita pactos y satisfacer a demasiadas partes para sacarlos adelante, y algunos de los partidos que deberían darle luz verde están enfrentados entre ellos.
